(Libertad Digital) Según los datos de ejecución presupuestaria publicados por el Ministerio de Economía y Hacienda, este resultado es consecuencia de unos ingresos no financieros del Estado que cayeron un 17,7 por ciento en agosto, hasta 83.838 millones de euros, y de unos pagos no financieros que se elevaron un 9,4 por ciento, hasta 98.476 millones de euros.
Esta es el tercer mes consecutivo que las cuentas del Estado registran un saldo negativo por la intensa desaceleración de la economía española, desde que el pasado mes de junio la crisis arrastrara a la administración central al déficit, tras tres años consecutivos de superávit.
En términos de caja, una metodología contable en la que se anotan los ingresos y pagos que efectivamente se han realizado durante ese periodo, el Estado alcanzó en los primeros ocho meses del año un déficit de 15.037 millones de euros, frente al superávit de 7.228 millones obtenidos en el mismo periodo de 2007.
El Impuesto de Sociedades cae un casi un 30 por ciento
Los impuestos directos se elevaron hasta los 68.160 millones de euros, con un descenso del 11,3 por ciento. El IRPF retrocede un 0,5 por ciento, como consecuencia del descenso del primer plazo de la cuota positiva del ejercicio 2007, de la rebaja del tipo efectivo asociada a la reforma del IRPF, así como de las devoluciones del IRPF.
La tasa de crecimiento del IRPF en términos homogéneos sería del 0,1 por ciento. En cuanto al Impuesto de Sociedades, desciende un 29,6 por ciento, debido en parte a los cambios normativos y, también, a la desaceleración de los resultados empresariales.
Los ingresos por impuestos indirectos alcanzaron los 45.510 millones de euros, un 11,3 por ciento menos que en 2007. En el lVA la recaudación se elevó a 30.536 millones de euros, un 15,8 por ciento menos en comparación al ejercicio anterior. Este descenso se debe principalmente a la contracción de la actividad en las PYMES, al nuevo régimen para los grupos de entidades y al esfuerzo por agilizar las devoluciones.