Según informaron fuentes conocedoras de la reunión estos tres nuevos administradores informaron en una primera reunión, del proceso que se seguirá tras la intervención, aunque se trata de una primera "toma de contacto" después de la decisión del Banco de España.
Tras este primer encuentro, celebrado a primera hora de la mañana, sobre las 12.00 horas se celebró otro entre representantes sindicales y los tres administradores, en el que los primeros tuvieron ocasión de manifestar sus inquietudes respecto a la intervención.
Según informó al término de este segundo encuentro el secretario general de Comfia-CCOO en Castilla-La Mancha, Fernando Botica, los sindicatos no descartan que se desprendan algún tipo de responsabilidades tras esta intervención, y que así se lo han transmitido a los administradores. "Esto se tiene que saldar con una depuración de la cadena de responsabilidad", destacó.
En este sentido, el representante sindical apuntó que la intervención es "lo mejor" que les ha podido pasar puesto que "elimina las incertidumbres arrastradas durante más de catorce meses y da garantías a las plantillas", y añadió que "lejos de ser un problema, es una solución a los que arrastramos".
Sobre las responsabilidades que se puedan derivar, Botica apuntó que "le hemos transmitido a los administradores que estudien las posibles responsabilidades, y ellos no nos han confirmado nada, pero sí que han dicho que, si del trabajo que van a hacer se desprende que hay que tomar alguna decisión en este sentido, así lo harán".
Según el representante sindical "ellos tenían como objeto presentarse y decirnos cuál es el objetivo que traen, reequilibrar la entidad para recuperar el valor económico, y transmitir tranquilidad a depositantes y trabajadores".
Los administradores transmitieron a los sindicatos en la reunión que "todavía no tienen evaluado si ese reequilibrio pasa también por ajustes de personal, pero que en cualquier caso los reajustes se van a hacer siempre en el marco de la concertación y del diálogo con los representantes de los trabajadores". Botica también consideró prematuro hablar de cualquier posibilidad de cerrar oficinas.
Asimismo, apuntó que "nos han transmitido que la situación es como ayer anunciaba Solbes, no de insolvencia o quiebra, sino falta de liquidez. Ya que el intento de fusión no ha cuajado, el Banco de España se ha visto obligado a intervenir".
Como marca en otra entidad
Cuando la situación de CCM se normalice, Botica entiende que "los mismos inspectores del Banco de España indicarán los procesos a seguir", puso de ejemplo a Banesto y señaló que "aquí estamos en un sector en el que caben distintos escenarios: desde que Caja Castilla-La Mancha siga como marca a que se integre en otra entidad".
En cualquier caso, resaltó que los administradores sustituyen al consejo de administración, por lo que sigue intacto el poder de decisión de la Asamblea, "ya que en el marco estatutario de las cajas, la Asamblea es el órgano soberano; así que al estar cesado el consejo, las propuestas de los administradores habrá que someterlas a la asamblea, sin que quepan órganos intermedios".
Los sindicatos consideran que "hoy los clientes están teniendo un comportamiento, aunque con desigual resultado, de tranquilidad, y esto hay que agradecérselo al Gobierno, a las asociaciones de consumidores y sindicales, pero también a los medios de comunicación, porque mantenéis la tranquilidad. Esperemos que el proceso que hoy comienza culmine y dé estabilidad a la entidad".
El representante de CCOO habló como portavoz, junto a sus compañeros Julio Muñoz de CESICA, Vicente Gómez de UGT y Luis Cabañas de C-SIF.Economía no descarta "ninguna solución"
Los administradores no descartan a priori ninguna solución a la falta de solvencia de la entidad financiera, pero buscarán la "menos gravosa" para el erario público, según informaron fuentes del ministerio de Economía.
De esta forma, los nuevos gestores de la caja manchega que, según estas mismas fuentes, van a actuar de forma "totalmente autónoma", no descartan ni la posibilidad de sanear la entidad para después venderla o facilitar la fusión con otra entidad, o bien liquidarla cuando todos sus compromisos con ahorradores e inversores estén cumplidos.
De momento, lo único que tienen claro es que adoptarán la solución que suponga menos dinero a los contribuyentes y la mejor salida para garantizar el interés de clientes, ahorradores, inversores y acreedores de Caja Castilla-La Mancha.
La liquidación, la última de las opciones
En la misma línea, fuentes del Banco de España indicaron que los administradores no tienen un tiempo prefijado para adoptar una decisión al respecto, pero precisaron que intentarán buscar una salida cuanto antes y que la liquidación de la caja será "la última de las opciones posibles". "Buscarán cualquier solución que sea posible antes que recurrir a la liquidación (de la CCM)", añadieron.
Las mismas fuentes explicaron que el Gobierno no contempla "para nada" que existan fallidos en una parte de los entre 2.000 y 3.000 millones de euros que inyectará el Banco de España a la entidad, por lo que insistieron en que, de momento, no se producirá ninguna inyección de dinero público ni se puede calificar la operación como una nacionalización de la caja.
En este sentido, indicaron que el Ejecutivo se ha visto obligado por la normativa comunitaria a avalar a través del Tesoro Público el dinero que inyecte el Banco de España en la entidad -hasta un máximo de 9.000 millones de euros-, pero añadieron que su papel se limita exclusivamente a prestar dicho aval, por lo que la gestión futura de la caja está en manos del Banco de España.