L D (EFE) Los 346 diputados presentes en la votación -han faltado cuatro- han tenido que hacer una prueba para comprobar el funcionamiento del sistema, lo que ha requerido la presencia de un técnico en el mismo escaño del titular de Justicia para comprobar su funcionamiento.
De hecho, ha sido el técnico quien ha pulsado el botón correspondiente al "sí", que era la opción del PSOE, y al computarse entonces el voto de Bermejo se desveló la causa del error: la pantalla se había quedado en blanco. El equívoco fue subsanado, pero hasta alcanzar la solución, el presidente del Congreso, José Bono, se vio obligado a pedir la asistencia de los técnicos al menos en dos ocasiones.
Tras la consulta inicial, los servicios de la Cámara informaron a Bono de que no se había producido fallo alguno, lo que el presidente comunicó al pleno, pero Bermejo no quedó convencido, ya que seguía detectando anomalías en el sistema implantado en su escaño.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, sentada a su lado, debió percibir también los problemas de su colega, y ambos así se lo trasladaron a Bono con gestos ostensibles. Entretanto, desde la bancada del PP los diputados proferían algunas risas y aisladas muestras de mofa.
Así que el presidente del Congreso requirió de nuevo la ayuda de los servicios técnicos, esta vez "in situ", de modo que un operario se desplazó hasta el asiento del titular de Justicia para comprobar lo que luego fue una certeza: no había anomalías.
Pese a todo, Bono dijo a Bermejo que si se confirmaban los problemas técnicos, podría votar de viva voz. Pero la demora venía de antes, ya que Bono tuvo que suspender la sesión unos instantes para reunirse, en la misma Mesa, con los portavoces de los grupos, los secretarios y los letrados.
Todo por una petición del portavoz de ERC, Joan Ridao, para cursar unas votaciones de enmiendas por separado, lo que al final, y gracias a la "generosidad" de los responsables de los grupos, fue resuelto.
De hecho, ha sido el técnico quien ha pulsado el botón correspondiente al "sí", que era la opción del PSOE, y al computarse entonces el voto de Bermejo se desveló la causa del error: la pantalla se había quedado en blanco. El equívoco fue subsanado, pero hasta alcanzar la solución, el presidente del Congreso, José Bono, se vio obligado a pedir la asistencia de los técnicos al menos en dos ocasiones.
Tras la consulta inicial, los servicios de la Cámara informaron a Bono de que no se había producido fallo alguno, lo que el presidente comunicó al pleno, pero Bermejo no quedó convencido, ya que seguía detectando anomalías en el sistema implantado en su escaño.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, sentada a su lado, debió percibir también los problemas de su colega, y ambos así se lo trasladaron a Bono con gestos ostensibles. Entretanto, desde la bancada del PP los diputados proferían algunas risas y aisladas muestras de mofa.
Así que el presidente del Congreso requirió de nuevo la ayuda de los servicios técnicos, esta vez "in situ", de modo que un operario se desplazó hasta el asiento del titular de Justicia para comprobar lo que luego fue una certeza: no había anomalías.
Pese a todo, Bono dijo a Bermejo que si se confirmaban los problemas técnicos, podría votar de viva voz. Pero la demora venía de antes, ya que Bono tuvo que suspender la sesión unos instantes para reunirse, en la misma Mesa, con los portavoces de los grupos, los secretarios y los letrados.
Todo por una petición del portavoz de ERC, Joan Ridao, para cursar unas votaciones de enmiendas por separado, lo que al final, y gracias a la "generosidad" de los responsables de los grupos, fue resuelto.