LD (EFE) El Gobierno francés (Francia tiene un 15 por ciento del capital de EADS, casa matriz del fabricante de aviones), hizo saber que será "muy vigilante" sobre el cumplimiento de los compromisos de la empresa, especialmente con la promesa de que no habrá despidos sin alternativas. "He oído a la vez las declaraciones" de Gallois "y la inquietud de los asalariados", dijo el portavoz del Ejecutivo francés, Jean-François Copé, al señalar que la ausencia prometida de despidos sin alternativas responde a una exigencia del Gobierno.
Tras anunciarse el plan, comunicado primero al comité europeo de empresa y luego a la prensa, unos 1.800 asalariados interrumpieron momentáneamente el trabajo en dos plantas del constructor en Saint-Nazaire (oeste), una de las cuales debe ser cedida. En Toulouse, también hubo paros y concentraciones, mientras que en Méaulte (norte), una de las plantas para las que se buscarán cooperaciones industriales, había interrogantes sobre el futuro. El sindicato CGT llamó a una jornada de movilización para mañana, mientras que Fuerza Obrera (FO), mayoritaria en Airbus, advirtió de que los trabajadores "van a poner la presión" sobre los accionistas.
El secretario general de la CGT, Bernard Thibault, dijo que se trata de un "auténtico desperdicio industrial, tecnológico y humano" y que "la única motivación" del plan de ajuste es "la exigencia de un mayor índice de rentabilidad financiera para los accionistas". Por su parte, el co presidente del comité europeo de empresa de Airbus, Jean-François Knepper (FO), dijo que se intentará "convencer a los accionistas y en particular al Estado" de que "no se puede preconizar una política de desarrollo del empleo "a toda costa" y a la vez dejar que se vayan empleos industriales "cualificados".
"Nuestra posición es clara: nada de cierres ni cesiones", agregó, al prometer "hacer subir la presión" para que los accionistas hagan las inversiones necesarias. El sindicato CFDT, por su parte, denunció que las cesiones responden sólo a "objetivos financieros inmediatos y a corto plazo, peligrosos para la aeronáutica en Europa", y consideró que el plan de reestructuración rompe con la "lógica histórica" de Airbus. Entre los candidatos a la Presidencia de Francia, la socialista Ségolène Royal expresó su "solidaridad" con los asalariados del fabricante de aviones, consideró que el plan no era inevitable, y afirmó que "deben preservarse el saber hacer y los empleos de los que han contribuido al auge de Airbus".
"El Estado francés no ha desempeñado su papel de accionista responsable en los últimos años", agregó la candidata socialista en un comunicado, después de que, unas horas antes, prometiera que, en caso de ser elegida, pediría la suspensión del plan. Su principal contrincante de derechas, Nicolas Sarkozy, criticó la opción del "inmovilismo" de Royal, y dijo que el problema de EADS no es de "gobierno de empresa" ni "franco-alemán" sino "la falta de liderazgo de un operador industrial" accionista.
Tras anunciarse el plan, comunicado primero al comité europeo de empresa y luego a la prensa, unos 1.800 asalariados interrumpieron momentáneamente el trabajo en dos plantas del constructor en Saint-Nazaire (oeste), una de las cuales debe ser cedida. En Toulouse, también hubo paros y concentraciones, mientras que en Méaulte (norte), una de las plantas para las que se buscarán cooperaciones industriales, había interrogantes sobre el futuro. El sindicato CGT llamó a una jornada de movilización para mañana, mientras que Fuerza Obrera (FO), mayoritaria en Airbus, advirtió de que los trabajadores "van a poner la presión" sobre los accionistas.
El secretario general de la CGT, Bernard Thibault, dijo que se trata de un "auténtico desperdicio industrial, tecnológico y humano" y que "la única motivación" del plan de ajuste es "la exigencia de un mayor índice de rentabilidad financiera para los accionistas". Por su parte, el co presidente del comité europeo de empresa de Airbus, Jean-François Knepper (FO), dijo que se intentará "convencer a los accionistas y en particular al Estado" de que "no se puede preconizar una política de desarrollo del empleo "a toda costa" y a la vez dejar que se vayan empleos industriales "cualificados".
"Nuestra posición es clara: nada de cierres ni cesiones", agregó, al prometer "hacer subir la presión" para que los accionistas hagan las inversiones necesarias. El sindicato CFDT, por su parte, denunció que las cesiones responden sólo a "objetivos financieros inmediatos y a corto plazo, peligrosos para la aeronáutica en Europa", y consideró que el plan de reestructuración rompe con la "lógica histórica" de Airbus. Entre los candidatos a la Presidencia de Francia, la socialista Ségolène Royal expresó su "solidaridad" con los asalariados del fabricante de aviones, consideró que el plan no era inevitable, y afirmó que "deben preservarse el saber hacer y los empleos de los que han contribuido al auge de Airbus".
"El Estado francés no ha desempeñado su papel de accionista responsable en los últimos años", agregó la candidata socialista en un comunicado, después de que, unas horas antes, prometiera que, en caso de ser elegida, pediría la suspensión del plan. Su principal contrincante de derechas, Nicolas Sarkozy, criticó la opción del "inmovilismo" de Royal, y dijo que el problema de EADS no es de "gobierno de empresa" ni "franco-alemán" sino "la falta de liderazgo de un operador industrial" accionista.