L D (EFE) "Debido a su enorme potencial industrial y financiero, el nuevo gigante podrá acercar nuestro objetivo estratégico de conquistar el liderazgo del mercado energético global", dijo Mijail Jodorkovski, considerado el hombre más rico de Rusia y quien figura entre los 26 más adinerados del mundo según la revista "Forbes". Jodorkovski, actual presidente de Yukos, encabezará la nueva compañía y el presidente de Sibneft, Yevgueni Shvidler, dirigirá su Consejo de Directores.
La extracción del nuevo gigante ruso, Yukos-Sibneft, que producirá el 29 por ciento del petróleo de Rusia, superará los 2,3 millones de barriles de crudo al día y sus reservas se evalúan en 19.400 millones de barriles, según datos de finales de 2001 de acuerdo con la metodología SPE. Según la misma valoración, las reservas confirmadas alcanzan los 18.400 millones de barriles y las de gas natural más de 167.000 millones de metros cúbicos. Dispondrá, además, de seis refinerías en Rusia, una en Lituania, participaciones en dos refinerías rusas y una bielorrusa, con lo que su capacidad destiladora (según datos del 2002) no será menor a 57,7 millones de toneladas de crudo (421,8 millones de barriles).
Yukos y Sibneft disponen además de ventas en Rusia, compuestas por más de 2.500 gasolineras. En la nueva compañía el 71,1 por ciento de las acciones pertenecerá a los propietarios de YUKOS y el resto a los de Sibneft, entre los que figuran Ing Bank (21 por ciento), ABN-Amro Bank (20 por ciento) y Deutsche Bank (14 por ciento). La decisión deberá ser aprobada por los accionistas de ambas compañías y contar con el visto bueno de los organismos estatales de control, tras lo que la fusión culminará para finales de año. Las primeras reacciones oficiales destacan que la aparición del nuevo gigante reforzará las posiciones de Rusia en el mundo, pero también se oyen advertencias sobre el desmesurado poder que podrían tener sus dirigentes en el acontecer nacional.
Según Serguéi Shtogrin, vicepresidente del comité parlamentario para presupuesto e impuestos, con la fusión de Yukos y Sibneft surge una petrolera capaz de competir con las mayores compañías mundiales y en Rusia habrá "un importante centro de influencia económica y política". Shtogrin no ocultó "cierta cautela" respecto al inmenso poder que tendrán los directivos de la nueva compañía si éstos "orientarán sus negocios a la consolidación del Estado y el desarrollo de la economía rusa".
Fuentes citadas por el diario "Gazeta" afirman que Jodorkovski y el principal dueño de Sibneft, Román Abramovich (segundo más rico en Rusia y número 49 en la lista de "Forbes") pretenden "asegurarse" de los avatares políticos rusos. El "seguro" consistirá en la capitalización en los mercados internacionales de hasta el 50 por ciento de las acciones de la compañía conjunta. La colocación en los mercados internacionales se extendería por un período de cuatro años, a fin de mantener los precios, y entre los posibles socios ya figuran empresas como ExxonMobil, TotalFinaElf, RoyalDutch/Shell.
La extracción del nuevo gigante ruso, Yukos-Sibneft, que producirá el 29 por ciento del petróleo de Rusia, superará los 2,3 millones de barriles de crudo al día y sus reservas se evalúan en 19.400 millones de barriles, según datos de finales de 2001 de acuerdo con la metodología SPE. Según la misma valoración, las reservas confirmadas alcanzan los 18.400 millones de barriles y las de gas natural más de 167.000 millones de metros cúbicos. Dispondrá, además, de seis refinerías en Rusia, una en Lituania, participaciones en dos refinerías rusas y una bielorrusa, con lo que su capacidad destiladora (según datos del 2002) no será menor a 57,7 millones de toneladas de crudo (421,8 millones de barriles).
Yukos y Sibneft disponen además de ventas en Rusia, compuestas por más de 2.500 gasolineras. En la nueva compañía el 71,1 por ciento de las acciones pertenecerá a los propietarios de YUKOS y el resto a los de Sibneft, entre los que figuran Ing Bank (21 por ciento), ABN-Amro Bank (20 por ciento) y Deutsche Bank (14 por ciento). La decisión deberá ser aprobada por los accionistas de ambas compañías y contar con el visto bueno de los organismos estatales de control, tras lo que la fusión culminará para finales de año. Las primeras reacciones oficiales destacan que la aparición del nuevo gigante reforzará las posiciones de Rusia en el mundo, pero también se oyen advertencias sobre el desmesurado poder que podrían tener sus dirigentes en el acontecer nacional.
Según Serguéi Shtogrin, vicepresidente del comité parlamentario para presupuesto e impuestos, con la fusión de Yukos y Sibneft surge una petrolera capaz de competir con las mayores compañías mundiales y en Rusia habrá "un importante centro de influencia económica y política". Shtogrin no ocultó "cierta cautela" respecto al inmenso poder que tendrán los directivos de la nueva compañía si éstos "orientarán sus negocios a la consolidación del Estado y el desarrollo de la economía rusa".
Fuentes citadas por el diario "Gazeta" afirman que Jodorkovski y el principal dueño de Sibneft, Román Abramovich (segundo más rico en Rusia y número 49 en la lista de "Forbes") pretenden "asegurarse" de los avatares políticos rusos. El "seguro" consistirá en la capitalización en los mercados internacionales de hasta el 50 por ciento de las acciones de la compañía conjunta. La colocación en los mercados internacionales se extendería por un período de cuatro años, a fin de mantener los precios, y entre los posibles socios ya figuran empresas como ExxonMobil, TotalFinaElf, RoyalDutch/Shell.