La causa principal es que los españoles deciden consumir menos; además, los turistas extranjeros no es que reduzcan su consumo, sino que vienen menos al territorio nacional. Todo esto ha provocado que el consumo de bebidas espirituosas experimenté un retroceso del 12% en 2009, tras el 11% registrado en 2008. En términos de valor, el mercado se situó en 1.765 millones de euros, un 10,6% menos que en el año anterior, según un estudio de mercado de la consultora DBK.
El canal de la hosterlería es el que más está sufriendo los efectos de este fenómeno. De esta manera, aunque el consumo en los hogares ha repuntado ligeramente (muchos grupos de amigos quedan en casa para ahorrarse unos euros), el consumo total se haya desplomado por encima del 10% por segundo año consecutivo.
Parece ser que las bebidas que más se libran de la recesión son el ron y la ginebra ya que sus ventas han caído únicamente un 9%. El resto, como el brandy, el vodka, el whisky y otro tipo de licores sufre caídas en sus ventas en el entorno del 12%.
Lo peor a corto plazo está aún por llegar, la industria de bebidas alcohólicas vive una situación de debilidad absoluta y se prevé que el consumo privado siga cayendo, lo que afectará de forma directa a la demanda de un futuro próximo, acentuándose la rivalidad en precio entre las empresas del sector.
Ni los eventos navideños en los que siempre está presente esa "copita de más" podrán salvar al sector este año, en el que se estima una caída de la facturación en el mercado interior en torno al 10% al cierre de 2010. De este modo, para el conjunto del año se apunta una cifra de mercado inferior a 1.600 millones de euros. En 2011, se prevé una menor caída de las ventas, estimándose una cifra de alrededor de1.515 millones de euros, un 5% menos que en 2010.
Las empresas lo están intentando todo para no perder clientela, así en los próximos meses lanzarán al mercado nuevas bebidas espirituosas, destacando los cócteles y combinados de alcohol, un intento desesperado para dinamizar el consumo. Otra estrategia será sacar a la venta nuevas versiones de alta gama en bebidas como el vodka o la ginebra.
Este sector está formado por unas 180 empresas dedicadas a la producción y comercialización de bebidas espirituosas, las cuales generan un volumen de empleo de unos 4.000 trabajadores. Esta cifra se ha reducido ligeramente en los últimos años en un marco de creciente concentración como consecuencia de las operaciones de compra registradas y la desaparición de empresas de reducida dimensión.