Según confirmaron fuentes de Nissan, la decisión de retirar el ERE --presentado el pasado mes de septiembre y con vigencia hasta finales de marzo-- llega después de que en diciembre y enero no haya sido necesaria la aplicación de ningún día de paro en las líneas productivas y tampoco se prevea esta necesidad en los próximos dos meses.
Además, la multinacional japonesa también retiró la convocatoria de un nuevo sábado productivo en la factoría, una medida que la plantilla rechazaba y que ya había sido motivo de huelga los dos últimos sábados.
Esto se produjo en el marco de una reunión celebrada para desbloquear el conflicto entre dirección y sindicatos. Ambas partes accedieron a llevar a la mesa de negociación del plan industrial sus principales demandas.
Nissan pidió al comité trabajar juntos para buscar cómo abordar puntas de trabajo puntuales como la actual con medidas de flexibilidad.
Por su parte, se comprometió a no descontar a los trabajadores el importe de los dos sábados de huelga. "Será como si nunca hubieran existido estas convocatorias y no se habrán gastado estos días", apuntó un portavoz de la empresa, que valoró sobre todo el fin del conflicto.
Fuentes del comité señalaron a Europa Press que Nissan también estudiará su principal demanda: buscar cargas de trabajo para poder "acelerar" el reingreso de los 200 empleados despedidos el pasado año con el compromiso de que pudieran volver cuando la producción lo permitiera.