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Obama no encuentra respaldo a su plan de reforma de la Sanidad

El presidente estadounidense, Barack Obama, ultima su reforma del sistema de salud. Un plan que genera dudas incluso entre los demócratas, justo cuando los sondeos demuestran que el inquilino de la Casa Blanca pierde respaldo popular.

El presidente estadounidense, Barack Obama, ultima su reforma del sistema de salud. Un plan que genera dudas incluso entre los demócratas, justo cuando los sondeos demuestran que el inquilino de la Casa Blanca pierde respaldo popular.

Los líderes del Congreso se esfuerzan por llegar a un acuerdo respecto al coste y magnitud de una propuesta que Obama ha convertido en su gran prioridad legislativa. Se desvanecen las esperanzas de que los legisladores logren alcanzar su objetivo de que las primeras versiones del proyecto se aprueben antes del receso del verano boreal en agosto.

Según informa Reuters, la propuesta ha encontrado oposición de diferentes frentes, con un grupo de demócratas conservadores cuestionando la financiación del programa, demócratas liberales preocupados porque sea insuficiente y republicanos que critican el importe a desembolsar por el Tesoro.

"Necesitamos ponerle un freno a este presidente. Ha estado en una ola de gastos desde que asumió el Gobierno", afirmó el senador republicano Jim DeMint, un conservador que recientemente dijo al programa "Today" de NBC que el debate sobre el sistema de salud sería el "Waterloo" de Obama.

"Las políticas no están coincidiendo con las promesas. Están colocando billones de dólares de deuda sobre el pueblo estadounidense", dijo DeMint.

Obama intensificó sus contactos tras la reunión del pasado martes con demócratas "rebeldes" de la Cámara de Representantes en la Casa Blanca y programando eventos sobre el cuidado a la salud a lo largo de la semana, todo ello aderezado por una conferencia de prensa televisada a nivel nacional.

Los planes de reestructuración del sistema contemplan un programa de seguro médico administrado por el Gobierno para competir con las firmas privadas de seguros, ampliar la cobertura a la mayoría de los 46 millones de estadounidenses sin seguro médico y contener los crecientes costes del cuidado a la salud que crecen más rápido que la inflación.

Pero los detalles han demostrado ser complicados para poder ser digeridos por los legisladores y una serie de sondeos de opinión muestran que los niveles de aprobación de Obama bajan y que el respaldo para este plan caen por debajo del 50 por ciento, según una encuesta del Washington Post.

La Comisión de Comercio y Energía de la Cámara de Representantes canceló el miércoles por segundo día una sesión programada sobre una versión del tema, a fin de poder trabajar con fiscales conservadores de la comisión que podrían sabotear el proyecto.

Otro panel, la Comisión de Medios y Arbitrios, debe reunirse para discutir los impuestos y otras trabas en su versión del proyecto. Los planes de la comisión, de agregar un impuesto a los "ricos" para recaudar cerca de 544.000 millones de dólares en un periodo de 10 años, han generado polémica.

Mientras, los miembros de la Comisión de Finanzas del Senado continuarán con una serie de encuentros a puerta cerrada destinados a encontrar una fórmula de compromiso que podría ser crucial para que la propuesta pase en el Senado.

Obama dijo el martes que los planes "no estaban donde necesitaban estar", pero mantuvo la confianza en que obtendría la aprobación.

Sin embargo, el plazo de agosto para la aprobación de las versiones en ambas cámaras del Congreso parecía desvanecerse y los republicanos presionan con fuerza para ponerle freno. Obama quiere que las primeras versiones del proyecto se aprueben antes de un receso legislativo de un mes para evitar que la oposición reúna fuerzas durante esa pausa.

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