En declaraciones a Servimedia, la portavoz de la OCU, Ileana Izverniceanu, calificó esta decisión de "parche" y admitió que "esperábamos una medida más elaborada, menos facilona" para reducir el consumo de petróleo.
Izverniceanu pidió, por ello, medidas "más a largo plazo" en lugar de "medidas recaudatorias, a base de multas", como a su juicio es ésta. Recordó, además, que un gran porcentaje del precio de los carburantes son impuestos.
Finalmente, la OCU ve difícil que se cumpla esta reducción de la velocidad máxima a 110 kilómetros por hora. "Mucha gente no va a cumplirla; muchos, de hecho, ni siquiera cumplen con los 120 kilómetros por hora", añadió.