En una entrevista concedida al diario Financial Times, Lagarde se pregunta si aquellos países con superávit podrían hacer "un poquito más, ya que hacen falta dos para bailar un tango" y apunta que el modelo alemán sustentado en incrementar la competitividad mediante el control de los costes laborales podría "no ser sostenible a largo plazo para el conjunto" por lo que subraya la necesidad de mejorar la "convergencia" de la región del euro.
Por otro lado, Lagarde deja traslucir las diferencias existentes entre Berlín y París en el diseño del gobierno económico del bloque, ya que, sin descartar la proposición alemana de crear un Fondo Monetario Europeo y aplicar sanciones más duras a los países que vulneren las reglas fiscales del euro, la titular gala de la cartera de Finanzas subraya sus preferencias por mejorar la supervisión y coordinación, y apunta que el FME "no es una prioridad".
"En vez de enmendar un tratado para dar cabida al FME, una aventura que podría requerir otros tres, cuatro o cinco años, la zona euro debería adoptar sus propias 'leyes suaves' para fortalecer la disciplina", propone Lagarde.
A este respecto, la ministra francesa reconoce que la idea esbozada por su homólogo germano, Wolfgang Schauble, de imponer sanciones más duras "merece la pena de ser explorada", aunque muestra sus preferencias por acelerar los procedimientos de control, así como la imposición de multas "menos severas, aunque màs realistas" ya que, en su opinión, en la actualidad la amenaza de sanciones por romper las normas de la UE es "tan lejana e improbable que no sirve como factor disuasorio".
Por otro lado, Lagarde deja traslucir las diferencias existentes entre Berlín y París en el diseño del gobierno económico del bloque, ya que, sin descartar la proposición alemana de crear un Fondo Monetario Europeo y aplicar sanciones más duras a los países que vulneren las reglas fiscales del euro, la titular gala de la cartera de Finanzas subraya sus preferencias por mejorar la supervisión y coordinación, y apunta que el FME "no es una prioridad".
"En vez de enmendar un tratado para dar cabida al FME, una aventura que podría requerir otros tres, cuatro o cinco años, la zona euro debería adoptar sus propias 'leyes suaves' para fortalecer la disciplina", propone Lagarde.
A este respecto, la ministra francesa reconoce que la idea esbozada por su homólogo germano, Wolfgang Schauble, de imponer sanciones más duras "merece la pena de ser explorada", aunque muestra sus preferencias por acelerar los procedimientos de control, así como la imposición de multas "menos severas, aunque màs realistas" ya que, en su opinión, en la actualidad la amenaza de sanciones por romper las normas de la UE es "tan lejana e improbable que no sirve como factor disuasorio".