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Pekín hace oídos sordos a las alertas sobre su burbuja inmobiliaria

El embajador de China en España, Zhu Bangzao, desmiente el riesgo de estallido inmobiliario, frente a la opinión de numerosos analistas.

La economía china plantea un enorme interés en la actualidad por razones obvias, como su gigantesco tamaño (la segunda economía más grande del mundo en términos absolutos), lo que la hace ser protagonista en los acontecimientos económicos globales.

Por este interés, el embajador de la República Popular de China en España, Zhu Bangzao, fue invitado a la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Zaragoza a hablar sobre el pasado, presente y futuro del gigante asiático y sus relaciones con la economía española.

El milagro económico chino

El embajador chino, en primer lugar, abordó sucintamente el gran milagro económico chino acontecido a partir de las reformas económicas iniciadas en 1978, cuando Deng Xiaoping se convirtió en el sucesor de Mao Zedong. Desde esta fecha, el Producto Interior Bruto (PIB) ha aumentado en 16 veces, su crecimiento económico anual promedio ha sido de casi el 10% y algo menos de 250 millones de personas han conseguido abandonar el estado de pobreza.

A juicio del conferenciante, fueron las reformas aperturistas al exterior y liberalizadoras -manteniendo el carácter "socialista" del país, pero liberando las energías creativas y productivas de la población- las que causaron este milagro, poco común en la Historia de la Humanidad, consiguiendo levantar una economía totalmente arruinada por las políticas derivadas de la llamada Revolución Cultural de Mao.

Además, como consecuencia del aprendizaje de la Administración china de experiencias de otros países, afirmó el embajador, ahora disponen de un sistema de ideas y prácticas exitosas, que aplicadas al caso chino se resumen en la "economía de mercado socialista" como mejor modo de desarrollar su economía.

En este punto tocó un tema controvertido, criticando por "parcial" la idea occidental de que las reformas en China solo han sido de índole económica, habiendo dejado el país atrasado en términos sociales y políticos. En opinión de Zhu Bangzao, sin embargo, la amplia apertura y las reformas han ido de la mano de la apertura en la mentalidad de los ciudadanos chinos y las mayores libertades civiles, poniendo como ejemplo el número de internautas en China (siempre en términos absolutos, no relativos, lo que dado el gran tamaño de su población, puede llevar a engaño) y su posibilidad para criticar políticas del Gobierno de Pekín. La realidad, no obstante, no encaja demasiado bien con este discurso, como quedó patente con lo sucedido con el Premio Nobel de la paz 2010, Liu Xiaobo.

Fortalezas de la economía china

Como no podía ser de otra manera, el embajador alabó las políticas que su Gobierno aplicó ante la crisis financiera global, y achacó a éstas la fortaleza de la economía china y las altas tasas de crecimiento en 2010. De lo sucedido recientemente el conferenciante señaló tres características de la economía china.

Por un lado, su estabilidad en el crecimiento, con una tasa del 10,3% en 2010. Por otro, su crecimiento más equilibrado, al no depender tanto de la demanda externa. Y por último, su estructura productiva más orientada a la tecnología y la eficiencia energética.

El nuevo Plan Quinquenal recientemente aprobado por el aparato gubernamental chino persigue profundizar en estas líneas, acelerando el cambio de modelo productivo. En este sentido, el embajador mencionó muchos objetivos -como el aumentar el peso del sector servicios sobre el PIB en un 4%-, pero muy pocas políticas concretas.

Las debilidades

Asimismo, el conferenciante no planteó un escenario de color de rosas, sino que destacó cuatro grandes problemas que afectan a la economía china y deben afrontarse:

- La enorme presión demográfica: a pesar del milagro económico, señaló que el PIB per cápita de China es todavía la séptima parte del español y todavía hay 125 millones de pobres, una cifra abultada aunque decreciente.

- Los grandes desequilibrios entre regiones, asociados al importante atraso de las zonas rurales: para que se modernice el país, es condición necesaria que el campesinado progrese, afirmó.

- La falta de innovación autónoma: China todavía está a la cola de la cadena de producción global.

- La baja eficiencia del desarrollo económico, especialmente en términos de energía: el gigante asiático necesita gastar mucha más energía para producir la misma cantidad de producto.

Los riesgos de la burbuja inmobiliaria china

Sin embargo, no señaló el problema de la creciente inflación ni los riesgos que existen derivados de la burbuja inmobiliaria. Preguntado acerca de esta cuestión, destacó la importancia y atención que el Gobierno chino presta al mercado inmobiliario, señalando las notables mejoras en las condiciones de la vivienda que se produjeron a partir de la liberalización del sector en los 90.

En esta tendencia de mejora creciente, el embajador culpó a los especuladores por disparar el precio de los inmuebles: son éstos quienes compran no con el objetivo de utilizar la vivienda sino de elevar el precio, lo que representa un riesgo para la economía china, sostuvo.

Además, añadió que en estos momentos el Gobierno está controlando la burbuja inmobiliaria, habiendo aprobado diversas medidas de corte económico, administrativo y judicial -como las medidas monetarias restrictivas o la restricción legal para la compra de vivienda-, con el fin de evitar el pinchazo repentino de la burbuja y facilitar, así, un aterrizaje suave.

Uno no esperaría que un embajador de un país, y menos de China, hable a las claras de los graves problemas futuros a los que podría enfrentarse su país. Pero así lo ven una parte importante de analistas financieros e inversores internacionales. Éstos señalan que, de igual forma que los gobiernos occidentales minusvaloraban los riesgos de la burbuja inmobiliaria y crediticia en Estados Unidos, Irlanda o España, Pekín podría estar siendo excesivamente optimista sobre su capacidad de evitar un estallido brusco de la burbuja y la consiguiente desaceleración de su economía.

Así, por ejemplo, tal y como contó a Libertad Digital el prestigioso analista Mike Mish, China está haciendo lo mismo que hizo Alan Greenspan en el momento de la etapa de auge económico: dejar (y fomentar) que el crédito se expanda rápidamente a niveles insostenibles. "En China, el crédito se está expandiendo al 35% anual, con el PIB creciendo a menos de un tercio de eso. Ésa es una señal inequívoca de una economía sobrecalentada. Es bastante posible que China se desplome", afirmaba Mish.

Otros analistas han alertado de la insostenibilidad del auge de la concesión de préstamos relacionados con la propiedad y construcción inmobiliaria, comparando éste con la experiencia de otros países asiáticos en crisis anteriores en los que el porcentaje de este tipo de préstamos sobre el PIB colapsó tras alcanzar un máximo.

Según un reciente artículo del Financial Times, "China tiene hoy las características de una burbuja verdaderamente grande. El valor del stock inmobiliario se estima que excede el 350% del PIB de este año, el mismo nivel que Japón en el pico de su burbuja inmobiliaria. El sector de la construcción representa alrededor de un cuarto de la actividad económica en China, que resulta que es el mismo nivel que en Irlanda antes de su dramático desplome".

Asimismo, acerca de las medidas implementadas por la autoridad china para frenar la especulación inmobiliaria, Mish sostiene que se están poniendo soluciones que atacan los síntomas del problema, pero no las causas fundamentales del mismo, que serían el aumento desbocado de la oferta de dinero y crédito.

En este sentido, han alertado también desde el banco Société Generale que el "estallido inflacionario será inevitable" como consecuencia de la particular versión china del quantitative easing.

Por último, el embajador Zhu Bangzao dedicó unos minutos a las relaciones entre España y China, sobre las que se mostró muy optimista y dijo querer fortalecer en los próximos años. En relación a la difícil situación que vive la economía española respecto a la crisis de deuda soberana, afirmó que China apoya a España como país amigo, de ahí su compra de deuda pública española en momentos difíciles.

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