La primera escala del viaje del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha saldado, en su opinión, con un rotundo éxito. El F.C. Barcelona ha sido la contraseña para dibujar sonrisas entre los interlocutores de Qatar, que en menos de tres meses han pasado de "comprar" el Barça a tener opciones de compra en numerosas empresas españolas. La lluvia de petrodólares irá a parar en un diez por ciento a las cajas de ahorros, pero hasta 3.000 millones, que son los prometidos, hay mucho que repartir.
Las vaguedades vertidas sobre negocios de telecomunicaciones por parte de Zapatero han alimentado toda clase de especulaciones sobre la identidad de los principales beneficiarios de estos contactos en Qatar del líder socialista español, cuyas filias deportivas están tan claras como las mediáticas, centradas en los medios del empresario catalán Jaume Roures, que prestan impagables servicios propagandísticos y dispone además de los derechos de emisión del Barça, marca de referencia en Qatar.
La avanzadilla de Zapatero, además de intencionalidades políticas, también tiene por objetivo defender los intereses económicos españoles, retórica diplomática que no oculta los intereses cruzados y la coincidencia de objetivos entre el presidente del Gobierno y las corporaciones afines. En concreto, Mediapro tiene sedes repartidas por medio mundo y una de ellas en Qatar, donde desarrolla actividades de gestión de derechos deportivos y consultoría. Mediapro dispone en la capital de Qatar, Doha, de un equipo que algunas fuentes estiman en noventa personas y una de sus últimas actividades fue realizar el Mundial de Sudáfrica para Al Jazeera. Como telón de fondo de todo ello están las negociaciones abiertas por Televisa para desprenderse de su porcentaje de La Sexta con un grupo inversor de... Qatar