LD (EFE) La moción, la cuarta presentada por el Partido Socialista (PS) desde la victoria de la derecha en las Legislativas de junio de 2002, cosechó sólo 175 votos, de diputados de izquierdas y Verdes, muy lejos de la mitad de los 577 escaños.
Dado que el partido Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Raffarin tiene la mayoría absoluta en la Cámara, la moción no tenía ninguna posibilidad de prosperar, pero supuso una nueva prueba para el primer ministro.
Raffarin enérgico, como es habitual, no se dejó amedrentar por los reproches, pero aprovechó la ocasión que le proporcionaba la discusión en la Asamblea Nacional para reafirmar su futuro como jefe del Gobierno y acusar a la oposición de "obstruccionismo".
Dado que el partido Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Raffarin tiene la mayoría absoluta en la Cámara, la moción no tenía ninguna posibilidad de prosperar, pero supuso una nueva prueba para el primer ministro.
Raffarin enérgico, como es habitual, no se dejó amedrentar por los reproches, pero aprovechó la ocasión que le proporcionaba la discusión en la Asamblea Nacional para reafirmar su futuro como jefe del Gobierno y acusar a la oposición de "obstruccionismo".
En su réplica, eminentemente económica, el primer ministro defendió la labor de su Ejecutivo en la vuelta a una estabilidad de la que "se benefician todos los franceses", tras culpar a la reforma clave del anterior Gobierno socialista, la ley de las 35 horas de trabajo semanal, de "matar el crecimiento a partir de 2000". Hay que recordar que el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) en Francia fue del 4,2 por ciento en el año 2000, del 1,8 por ciento en 2001 y del 1,2 por ciento en 2002. En 2003, el crecimiento fue sólo del 0,2 por ciento.
"Mantener un crecimiento cero de los gastos públicos en 2005", "devolver el poder adquisitivo a los franceses", "luchar contra las deslocalizaciones" o "renovar el servicio público" fueron algunas de las promesas que lanzó desde la tribuna, resumidas en una: "haremos todo por el empleo". También defendió la ley de descentralización, objeto de la moción de censura, pero básicamente su discurso estuvo dirigido a asegurar a todos los diputados, los de la oposición y los de la mayoría, que no dejará la jefatura del Ejecutivo.