(Libertad Digital) El congresista republicano por el Estado de Texas, Ron Paul, sigue dando quebraderos de cabeza a la Administración de EEUU y a los gobiernos europeos que han decidido apostar por destinar el dinero de los ciudadanos a rescatar a las empresas en apuros, premiando la ineficiencia y atacando las bases mismas de la economía de mercado.
Paul ha protagonizado enfrentamientos con el departamento del Tesoro norteamericano y con la Reserva Federal por la política de tipos de interés, que ha sido uno de los factores fundamentales en el estallido de la tormenta financiera.
En esta ocasión, en una entrevista concedida a una radio de EEUU, el congresista ataca las bases teóricas de los planes de rescate en su país, que alcanzan ya un importe de 8,5 billones de euros, más que todas las guerras en las que ha participado el país norteamericano.
“El Gobierno lo hace siempre, es su técnica principal, siempre construyen un enorme miedo en los corazones de la gente. Aterrorizan a la población y les dicen: somos vuestros únicos salvadores y los únicos que cuidamos de vosotros. Los planes de rescate basados en el miedo constituyen una forma de terrorismo económico”, señala Paul.
El congresista explica que el uso del “factor miedo” no ha sido nunca más evidente que cuando se aprobó el plan del secretario del Tesoro de EEUU, Henry Paulson, para rescatar a la industria financiera con una inyección de 700.000 dólares, una cantidad que se ha disparado desde que el Congreso dio luz verde a la iniciativa, tras varios rechazos preliminares a la misma.
Incluso, Paul aseguró que en los pasillos de la Cámara de Representantes norteamericana, “existen muchos parlamentarios que intentan convencer a los demás de la existencia del riesgo de un desplome total de la economía, que irá acompañado por una ley marcial” para detener las protestas ciudadanas.
Un argumento que, tras la salvación de los bancos de EEUU, defienden ahora aquellos que desean que el pueblo norteamericano financie con sus impuestos dinero barato a los fabricantes de automóviles, que están al borde de la quiebra.
A este respecto, Paul indica que “es extremadamente peligroso el rescate a la automoción, porque en el fondo se trata de una forma de nacionalización. Si el Gobierno mantiene esta tendencia de intervención en las empresas, lo que probablemente sucederá, entonces a esto se le puede llamar fascismo”.
“Ahora tenemos una oportunidad para dirigir la atención hacia los verdaderos culpables de la crisis, que son aquellos que controlan el sistema monetario. Aquellos que falsifican nuestro dinero y que causan las burbujas y, luego, las recesiones. Ellos están trabajando ahora muy duro para provocar una gran depresión”, declaró.
Finalmente, Paul defiende que el único camino válido para salir del atolladero económico es recuperar un sistema que avale la emisión de dinero con un respaldo físico y real –como por ejemplo el oro-, que se produzcan bajadas de impuestos y que se cumplan las leyes, sin necesidad de crear nuevas agencias reguladoras”.