En una entrevista-masaje con el periodista Miguel Jiménez para el diario El País en la edición de hoy miércoles, la ministra de Economía muestra un triunfalismo desatado, a pesar de que nos encontramos inmersos en plena depresión y ningún indicador lleve a pensar que vamos a salir de ella en el corto o medio plazo.
Preguntada por las pruebas de solvencia en las que cinco de las siete entidades europeas suspendidas han sido españolas, la ministra considera que está "absolutamente" satisfecha con ellas y que "han salido muy bien". Pero el suspenso está ahí, de modo que Salgado, dos preguntas más adelante dice que intenta "evitar la palabra suspender" como si haciendo eso el suspenso fuese menos suspenso o, simplemente, desapareciese.
Si las pruebas europeas de solvencia no son suficiente motivo de orgullo para el Gobierno la ministra se mete a adivina y asegura que la prima de riesgo de la deuda española "tiene que bajar más. Tenemos que colocarnos por debajo de Italia", como si dependiese de ella o de Zapatero que los actuales 140 puntos básicos descendiesen por debajo de los 120 puntos básicos de la deuda pública italiana.
Jiménez, entregado a la ministra, se deja llevar por el entusiasmo y pregunta cómo trasmitir a la gente de la calle el éxito de las pruebas de solvencia y la reestructuración financiera (sic). Salgado recibe alborozada el pase y se despacha a placer concluyendo con la esperanza de que "al volver del verano la situación sea distinta". Apuntado queda.