"Todos sabemos lo que hubiera ocurrido sin la intervención estatal para mantener la confianza y apoyar la actividad: todo se habría hundido", afirmó Sarkozy, al inaugurar oficialmente la cuadragésima edición del Foro Económico Mundial de Davos.
"No es una cuestión de liberalismo, ni de socialismo, ni de derechas, ni de izquierdas, es una realidad", apostilló el mandatario francés, quien a lo largo de su discurso insistió en la necesidad de sanear el capitalismo, de "volver a poner a la economía al servicio del hombre".
Subrayó que "son los desequilibrios de la economía mundial los que alimentaron el desarrollo de las finanzas globales" y dijo que "desregulamos las finanzas para poder financiar más fácilmente los déficit de aquellos que consumían demasiado con los excedentes de aquellos que no consumían suficiente".
El presidente francés, que se espera que sea seguido estos días en Davos por otros mandatarios, como el español José Luis Rodríguez Zapatero, en su crítica de la deriva del capitalismo y de los excesos de los banqueros, advirtió de que el mundo, todavía convaleciente de la crisis, puede volver a caer en ella si no hay cambios.
"Seguiremos haciendo correr riesgos insostenibles a la economía, y animando a la especulación, y sacrificando el largo plazo si no cambiamos la reglamentación bancaria, las reglas de prudencia, las reglas contables", dijo.
"No reconciliaremos a los ciudadanos con la mundialización, con el capitalismo, si no somos capaces de aportar un contrapeso al mercado, correctivos", agregó.
Pero también en un contrapeso, y para evitar cualquier equívoco ante el selecto auditorio, aclaró que "no se tata de preguntarnos por qué sistema vamos a sustituir el capitalismo, sino de saber qué capitalismo queremos".
Ese nuevo capitalismo debe ser, según Sarkozy, aquel "en el que los comportamientos indecentes no sean más tolerados, ni aceptados los beneficios excesivos que no tengan relación con la capacidad de crear empleo y riqueza".
"Que aquel que cree empleo y riqueza pueda ganar mucho dinero no tiene nada de raro. Pero que el que contribuye a destruir empleos y riqueza gane también mucho es moralmente insoportable", añadió.
Y afirmó que "o bien lo cambiamos nosotros mismos, o el cambio nos será impuesto por crisis económicas, sociales y políticas".
Sarkozy se refirió también al anunciado interés del presidente de EEUU, Barack Obama, de evitar que las entidades financieras arriesguen demasiado en sus operaciones.
"El presidente Obama tiene razón cuando dice que hay que disuadir a los bancos de que especulen para sí mismos o de que financien fondos especulativos", señaló.
Algunos comentaristas han sugerido que los dirigentes de los mayores bancos estadounidenses aprovecharán su estancia en Davos para coordinar una postura común contra la intención de Obama.
Y según el resultado de una encuesta mundial a 1.198 consejeros delegados de 52 empresas de todo el mundo, que la consultora PriceWaterhouseCoopers presentó ayer en Davos, el 60 por ciento de estos ejecutivos se mostraron "extremadamente preocupados" o "preocupados" por la amenaza de sobre regulación.
Sarkozy afirmó que "ese debate no lo puede resolver un solo país sea cual sea su peso en las finanzas mundiales. Ese debate debe decidirse en el G-20".
Y otro debate que planteó el presidente francés ante su público es el de "la imposición fiscal a las transacciones financieras para luchar contra la pobreza".
Sarkozy se presenta como adalid de la regulación del capitalismo mundial
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, irrumpió ante los líderes económicos y políticos reunidos en el Foro de Davos como adalid de la regulación financiera y detractor de los excesos del capitalismo, en la primera cita "postcrisis" del exclusivo club.
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