L D (EFE) La causa "es sin duda el doble déficit" de Estados Unidos, señaló Schroeder para justificar la caída en la cotización del dólar frente al euro. Una explicación que acompañó con un ataque a EEUU: "ser socios significa que hay que hacer algo en contra de ello".
Durante la Cumbre del G-20, el canciller alemán defendió su resistencia a aplicar las reformas estructurales que le exige la Comisión Europea atacando a la Administración norteamericana. Así, explicó que "no se puede pedir a los europeos que hagan reformas estructurales sin tener en cuenta las propias necesidades económicas en la medida que nosotros creemos necesario".
También reconoció la necesidad de una aportación europea y solicitó la contribución del Banco Central Europeo y otros bancos centrales, aunque recalcando el carácter independiente de estas entidades. En este contexto, los participantes del G-20 se inclinaron contra intervenciones en los mercados de divisas para parar la depreciación del dólar, que preocupa, ante todo, a Europa al perder competitividad sus exportaciones en regiones que facturan en dólares.
Poco antes de las declaraciones de Schroeder, el presidente de Estados Unidos insistía en que está "comprometido" con un dólar fuerte y que trabajará con el Congreso para reducir el déficit presupuestario récord de su Gobierno. Bush manifestó este compromiso al primer ministro japonés, Junichiro Kolizumi, en la reunión que ambos celebraron previa a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico que hoy comienza en la capital chilena.
Durante la Cumbre del G-20, el canciller alemán defendió su resistencia a aplicar las reformas estructurales que le exige la Comisión Europea atacando a la Administración norteamericana. Así, explicó que "no se puede pedir a los europeos que hagan reformas estructurales sin tener en cuenta las propias necesidades económicas en la medida que nosotros creemos necesario".
También reconoció la necesidad de una aportación europea y solicitó la contribución del Banco Central Europeo y otros bancos centrales, aunque recalcando el carácter independiente de estas entidades. En este contexto, los participantes del G-20 se inclinaron contra intervenciones en los mercados de divisas para parar la depreciación del dólar, que preocupa, ante todo, a Europa al perder competitividad sus exportaciones en regiones que facturan en dólares.
Poco antes de las declaraciones de Schroeder, el presidente de Estados Unidos insistía en que está "comprometido" con un dólar fuerte y que trabajará con el Congreso para reducir el déficit presupuestario récord de su Gobierno. Bush manifestó este compromiso al primer ministro japonés, Junichiro Kolizumi, en la reunión que ambos celebraron previa a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico que hoy comienza en la capital chilena.