LD (Luis F. Quintero) California es, desde hace meses, un foco incesante del interés informativo en todo el mundo. No obstante, si antes eran las estrellas de Hollywood las que atraían la atención, ahora es el déficit quien se lleva los grandes titulares. El Estado que gobierna Arnold Schwarzenegger no sólo es el más poblado de los EEUU sino que, además, constituye la octava economía del mundo. Pero los problemas presupuestarios de California están ahogándolo.
Este soleado enclave turístico situado en la costa oeste de los EEUU había desarrollado uno de los "Estados del Bienestar" más asentados de todo el país. Durante los últimos años las arcas estatales crecían a la sombra de la expansión crediticia y el boom inmobiliario. Pero ahora, con el estallido de la burbuja del crédito, la desaparición del negocio inmobiliario y la crisis del sistema financiero, California agoniza merced de un déficit cercano a los 42.000 millones de dólares (según las previsiones más optimistas para final de año).
Los ingresos fiscales caen en picado, incluso después de aprobar un aumento de la presión impositiva temporal de 12.500 millones de dólares. La situación ha provocado la bancarrota técnica del Estado que se ve obligado a devolver impuestos con "pagarés basura".
Recientemente, Schwarzenegger ha pedido auxilio al Tesoro de los EEUU para participar del rescate del Plan Paulson, diseñado únicamente para reflotar entidades financieras. "Corremos el riesgo de colapso" sin el rescate, señalaba Schwarzenegger. Pero sus ruegos no han surtido efecto. Ante este revés, el gobernador ha tratado de aprobar varios paquetes de medidas (seis en concreto) sometidos a referéndum popular bajo amenaza de tener que tirar abajo el Estado del Bienester. Los californianos han sido tajantes. Si hay que demolerlo, hagámoslo.
Las urnas no han dejado lugar a dudas. Cinco de las propuestas fueron derrotadas con márgenes de entre el 60% y el 65% de los votos, según los medios locales. Tal y como recoge la BBC, las proposiciones rechazadas han sido:
Proposición 1-A: Aumentar las reservas estatales de fondos públicos para los malos tiempos y extender los recientes incrementos en los ingresos por impuestos en la venta de vehículos durante más de dos años.
Proposición 1-B: Condicionar la financiación del sistema educativo a que se aprueben la primera propuesta y la 1-C.
Proposición 1-C: Dar luz verde al Estado para pedir 5.000 millones de dólares sobre los ingresos futuros en lotería.
Proposiciones 1-D y 1-E: Redirigir el dinero de los programas de desarrollo infantil y salud mental a los fondos generales.
Los electores únicamente dieron luz verde a la Proposición 1-F para congelar los sueldos a todos los cargos electos y funcionarios del Estado durante los años que el Estado registre déficit.
Con estos resultados, los medios de comunicación locales no han dejado de recordar las palabras que pronunció el propio Schwarzenegger la pasada semana, advirtiendo que tomaría las medidas necesarias, fueran cuales fueran, según el resultado del escrutinio.
Adiós al Estado del Bienestar
Dicho lo cual, Schwarzenegger se muestra ahora dispuesto a abordar "un presupuesto de locura" para resolver "nuestra inmediata y dolorosa crisis de liquidez", abogando por "dolorosos y profundos recortes en el gasto" público.
¿A qué se refería Schwarzenegger? Pues nada más y nada menos que a medidas como recortar 5.000 empleos públicos o vender edificios estatales, como el Coliseo de Los Angeles Memorial (sede de los Juegos Olímpicos de Verano en 1932 y en 1984). Si los problemas presupuestarios persisten, el Gobernador habla de recortar en 7,5 días el año escolar y el fin de la sanidad pública para 225.000 niños con pocos ingresos.
Mientras, el gobernador intentará hacerse con 2.000 millones de dólares de gobiernos locales que podrían afectar a los departamentos de policía y bomberos. Miles de inmigrantes indocumentados, actualmente amparados en las comodidades del Estado, pasarían a ser custodiados por las autoridades federales. Por otro lado, también tiene previsto recortar las ayudas concedidas a estudiantes universitarios.
Estas medidas podrían convertir a uno de los estados con más políticas sociales y de ayudas públicas de EEUU a un Gobierno federal con drásticos recortes en el gasto público para tratar de volver a reequilibrar su abultado déficit presupuestario.