No hay crisis en el mercado de las subvenciones. El ministerio de Industria acaba de anunciar en el BOE la concesión directa de 10 millones de euros a Acc1ó, una agencia dependiente de la Generalidad de Cataluña, para que los invierta en la comarca de las Tierras del Ebro, en la provincia de Tarragona. Los fondos deberán ir dirigidos "a la creación de infraestructuras de promoción industrial y tecnológica, así como actuaciones de dinamización del tejido productivo. El fomento de dichas actividades debe permitir la mejora de la competitividad de las empresas locales, el mantenimiento y la creación de empleo así como fomentar el reequilibrio territorial y económico de Cataluña".
La ley marca que este tipo de ayudas provenientes de la Administración central se canalicen a través de la autonómica que, a su vez, se encarga de planificar el gasto conforme a lo que exige el ministerio en el Real Decreto. La razón por la que Industria ha inyectado esta cantidad de dinero en una sola comarca se debe, según el BOE, a que las Tierras del Ebro es "uno de los territorios con cifras de renta y desarrollo más bajos de Cataluña y con mayor dispersión demográfica de España".
Eso es la teoría, claro, en la práctica este dinero que ha salido del bolsillo de todos los españoles se gastará cómo y cuándo la Generalidad crea conveniente. En cuanto al dónde se supone que será en esta comarca, aunque los medios de comunicación locales no harían mal en seguir la pista a esta sobredimensionada partida presupuestaria.
¿Qué es Acc1ó?
La agencia autonómica que recibe los 10 millones de euros enviados desde Madrid se llama Acc1ó y es, según su propia definición, una agencia dedicada a "apoyar la competitividad de la empresa catalana". Lo hace, según se ve, mediante subvenciones. Muy competitivo, sin duda. Aparte de este noble cometido, Acc1ó se encarga de gestionar la red de delegaciones comerciales que la Generalidad tiene por el mundo, un total de 34 pseudoembajadas repartidas por los cuatro continentes.
Junto a las delegaciones ordinarias Acc1ó dispone de una red paralela de así llamadas "plataformas empresariales", en este caso 13 oficinas centradas en mercados emergentes como Europa del este o Extremo oriente.
Acc1ó ofrece en su web un completo mapa de situación de estas delegaciones, bautizadas con el orweliano eufemismo de "centro de promoción de negocio". En Europa hay doce, cinco en Norteamérica, otras cinco en Hispanoamérica, tres en África, y nueve en Asia-Pacífico. Muchos países ya quisieran contar con una red tan tupida de embajadas en el exterior. Andorra, por ejemplo, que sí es un Estado soberano –y bastante rico– tiene que conformarse con cuatro embajadas (en Madrid, París, Londres y Bruselas), aparte de una pequeña misión ante Naciones Unidas.
La web de Acc1ó sólo se puede consultar en catalán. La versión castellana consiste en un sucinto documento PDF en el que una presentación comercial informa sobre la agencia. Este mismo PDF tiene su versión en inglés, se entiende que para inversores extranjeros en Cataluña. Los empresarios catalanes que sean castellano hablantes no tienen, por lo tanto, la posibilidad de recibir asesoramiento web en su propia lengua, la misma que hablan todos los catalanes y más de la mitad tienen por lengua madre. Parece que, hasta para invertir en el exterior, sigue habiendo dos clases de catalanes.