LD (EFE) Marchionne, de 52 años y con doble nacionalidad italiana y canadiense, sustituye a Giuseppe Morchio, que dimitió por sorpresa al no conseguir, según todos los indicios, convertirse en el "número uno" del grupo automovilístico turinés.
La familia Agnelli apostó para ese puesto por un hombre de su entorno como el responsable de Ferrari, Montezemolo, que ha elegido como "mano derecha" a Marchionne, experto en saneamiento de empresas y que formaba parte del consejo de administración de Fiat.
Italiano de origen (Chieti, 1952), canadiense de formación y con una carrera profesional consolidada en Suiza, Sergio Marchionne dirigía hasta ahora la firma de certificación e inspección Societe General de Survillance (SGS), con sede en Ginebra pero controlada por la familia Agnelli. En esta empresa, líder mundial en su sector, ha labrado su fama de exigente y riguroso, al doblar en poco tiempo sus beneficios, tras trabajar en Canadá, donde estudió, para las sociedades Deloite & Touche, Lawson Group y Ackland.
El nuevo consejero delegado de Fiat, el quinto en dos años, asume su cargo en plena fase de recuperación de la firma, que ha tocado fondo en los últimos años con la crisis más grave de su centenaria historia. Sergio Marchionne se encontrará con una empresa que en el primer trimestre de este año consiguió reducir sus pérdidas de 699 a 158 millones de euros, en línea con lo sucedido en 2003, en que los números rojos pasaron de 4.263 a 1.900 millones.
Con la deuda bruta fijada a 31 de marzo pasado en 21.800 millones y la neta en 5.900 millones de euros, Fiat sigue recuperando cuota de mercado, tanto en Italia como en Europa, con la comercialización de sus nuevos modelos. Marchionne y el presidente Cordero de Montezemolo deberán hacer frente en otoño del año que viene al vencimiento del préstamo convertible en acciones de un grupo de bancos italianos por valor de 3.000 millones de euros.
Paralelamente, el 24 de enero de 2005 entrará en vigor el plazo de cinco años para hacer efectiva la opción que tiene Fiat de vender a su socio General Motors, que hoy tiene el 20 por ciento de las acciones de su negocio automovilístico, el 80 por ciento restante.
La familia Agnelli apostó para ese puesto por un hombre de su entorno como el responsable de Ferrari, Montezemolo, que ha elegido como "mano derecha" a Marchionne, experto en saneamiento de empresas y que formaba parte del consejo de administración de Fiat.
Italiano de origen (Chieti, 1952), canadiense de formación y con una carrera profesional consolidada en Suiza, Sergio Marchionne dirigía hasta ahora la firma de certificación e inspección Societe General de Survillance (SGS), con sede en Ginebra pero controlada por la familia Agnelli. En esta empresa, líder mundial en su sector, ha labrado su fama de exigente y riguroso, al doblar en poco tiempo sus beneficios, tras trabajar en Canadá, donde estudió, para las sociedades Deloite & Touche, Lawson Group y Ackland.
El nuevo consejero delegado de Fiat, el quinto en dos años, asume su cargo en plena fase de recuperación de la firma, que ha tocado fondo en los últimos años con la crisis más grave de su centenaria historia. Sergio Marchionne se encontrará con una empresa que en el primer trimestre de este año consiguió reducir sus pérdidas de 699 a 158 millones de euros, en línea con lo sucedido en 2003, en que los números rojos pasaron de 4.263 a 1.900 millones.
Con la deuda bruta fijada a 31 de marzo pasado en 21.800 millones y la neta en 5.900 millones de euros, Fiat sigue recuperando cuota de mercado, tanto en Italia como en Europa, con la comercialización de sus nuevos modelos. Marchionne y el presidente Cordero de Montezemolo deberán hacer frente en otoño del año que viene al vencimiento del préstamo convertible en acciones de un grupo de bancos italianos por valor de 3.000 millones de euros.
Paralelamente, el 24 de enero de 2005 entrará en vigor el plazo de cinco años para hacer efectiva la opción que tiene Fiat de vender a su socio General Motors, que hoy tiene el 20 por ciento de las acciones de su negocio automovilístico, el 80 por ciento restante.