Es difícil encontrar una campaña de imagen que haya recibido más críticas que la de los vídeos contra la huelga de UGT. Ni siquiera al secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, ni a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega les ha gustado.
Pero este último vídeo supera todo lo anterior. En el mismo, UGT intenta denunciar que el despido en España es "libre" y "barato". Es decir, para el sindicato es mentira aquello que llevan años denunciando todos los analistas: que los costes de rescindir un contrato son muy altos, lo que perjudica la contratación y pone en problemas a muchas empresas que no pueden ajustar su plantilla en épocas de dificultades.
Hasta aquí todo correcto, este discurso es el habitual en los sindicatos, que quieren mantener un modelo laboral heredado del franquismo. Lo que no tiene lógica es que para dar ejemplo de lo barato que es el despido en España pongan unos personajes con un despido muy alto.
De esta manera, el jefe, interpretado por el Chikilicuatre, entra en escena amenazando con despedir a sus empleados por los malos resultados de la empresa. Sin embargo, rápidamente dice: "Entre vuestra antigüedad y el contrato de la niña, que está subvencionado, me salís más caros que el veterinario de los ciento y un dálmatas".
Es decir, que una empresa anticuada (como la que muestra la serie), con una muy baja productividad, en pérdidas (según declaran los personajes) y con unos empleados a los que se muestra como absolutamente incapaces no puede despedir a nadie –"me salís más caros..."- para intentar arreglar las cuentas. Y luego UGT se pregunta por qué hay cinco millones de parados en España.
Claro, que si ésta es la imagen que tiene el sindicato de cómo son ahora mismo las empresas españolas, tampoco extraña tanto que siga en unos modelos laborales que se superaron en el resto del mundo desarrollado hace varias décadas.