(Libertad Digital) El miércoles el vicepresidente económico, Pedro Solbes, presentó su mini-reforma fiscal y anunció que su aplicación se retrasa hasta el año 2007, uno antes de las elecciones generales. Algunos periódicos, como Cinco Días, acompañaban la noticia sobre los planes fiscales del PSOE con los resultados de una encuesta del CIS en el que la conclusión más destacada es que "el 55 por ciento de los españoles pagaría más impuestos".
Sin embargo, la frase con la que están de acuerdo el 55% de los españoles es la siguiente: "Es preferible gastar más en prestaciones sociales y servicios públicos, aunque eso signifique pagar más impuestos", según el informe (pregunta 10). En definitiva, una cuestión genérica, que no pregunta al encuestado si él personalmente está de acuerdo en pagar más para tener más prestaciones. Por tanto, no sabemos qué parte de ese 55% estaría dispuesto a pagar más y por ello los titulares son engañosos.
En junio de 2000 esa frase (pregunta 10) se formuló de una manera ligeramente distinta: "Si queremos tener más y mejores servicios sociales, es necesario que aumenten los impuestos", en la que los españoles expresaron su desacuerdo en un 73,6%. Mientras, un 65,1% estaba de acuerdo en que "es posible reducir los impuestos y mantener los servicios públicos y prestaciones sociales actualmente existentes". Ese enfoque no se ha mantenido, quizá por no estar la bajada de impuestos entre los asuntos prioritarios del gobierno.
El IEE considera una "buena señal" el retraso anunciado por Solbes
El Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha valorado el anuncio hecho por Solbes de que se rebajará el tipo máximo del IRPF, pero criticó la posibilidad de que se endurezca la tributación de las plusvalías. El director de análisis del Instituto, Gregorio Izquierdo, incidió en que "todavía es pronto" para evaluar en profundidad la reforma del IRPF, ya que no está totalmente definida, pero confió en que la rebaja del tipo máximo vaya acompañada de un recorte en todos los tipos.
Izquierdo criticó otras cuestiones que suponen un "retroceso", como la posibilidad de incrementar la fiscalidad de las plusvalías, del 15 al 18 por ciento (en cuyo caso, explicó Solbes, se establecería un mínimo exento). Lamentó también que se estudie la posibilidad de modular las deducciones fiscales en función del nivel de renta, para favorecer a las medias y bajas, y reseñó que los contribuyentes con rentas altas son los que más se benefician de las desgravaciones, pero también los que más carga fiscal soportan. Por último, sobre el retraso de la aplicación de la reforma en un año respecto a lo anunciado hasta ahora, el IEE lo consideró "una buena señal", ya que, cuanto más se acerque la entrada en vigor a las elecciones, más probabilidades hay de que se produzca una bajada de impuestos.