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Venezuela, cada vez más cerca de "las cartillas de racionamiento"

Mientras Chávez se pasea por medio mundo cerrando millonarios acuerdos de compra de armas, en Venezuela sufren las consecuencias de contar con la inflación más alta de toda Iberoamérica y el consecuente desabastecimiento de productos básicos. El pan o la leche son ya mucho más que artículos de lujo.

Encontrar un litro de leche en Venezuela puede llevar de media algo más tres horas. Conseguir este producto de primera necesidad entraña un periplo poco agradable: pasearse por la exhibición de estantes vacíos de decenas de supermercados, hasta que, si hay suerte se encuentre algún cartón abandonado en un establecimiento poco concurrido; o como ocurre en la mayoría de los casos, acabar acudiendo a alguno de los cientos de "buhoneros" que pueblan las calles del país, y adquirir leche ilegalmente por un precio grosero y abusivo.

Estos son los frutos del "socialismo del siglo XXI" que Hugo Chávez implantó en Venezuela a su llegada al poder. En 2003 el Gobierno chavista modificó las leyes de producción y abastecimiento agroalimentarios para fijar los precios de más de 120 productos básicos, en un disparate económico que ahora nutre el mercado negro y el desabastecimiento alimenticio de toda la población.

Incluso las maquilladas cifras oficiales hablan por sí solas: en lo que va de 2009 los precios al consumidor subieron más de un 15%, impulsados por el sector de alimentos, según los datos del Banco Central de Venezuela. En la capital venezolana, el índice de escasez, que mide la disponibilidad de los productos básicos para la población, se sitúa en el 13%, según informa la cadena opositora y perseguida por el régimen Globovisión.

Pero lo más grave de la política de fijación de precios es el brutal despegue de la inflación que ha provocado, situándose como la más alta de toda Iberoamérica y de las mayores a nivel mundial, con  valores próximos al 40% en 2008. De hecho, Venezuela ha entrado en la temida estanflación (altos precios y recesión), tal y como avanzó Libertad Digital.

Continuando con el ejemplo de la leche, como alerta la Federación de Cámaras Empresariales de Venezuela (Fedecámaras), ahora mismo es mucho más caro producir un litro de leche que venderlo, por lo que el Estado se ha visto forzado a importar del exterior los productos básicos.

Hace ocho años, Venezuela abastecía la totalidad de la producción interna de arroz, pero tras las medidas chavistas ésta ha quedado reducida a cero, como señaló el economista y dirigente de COPEI, Héctor Lameda.

Argentina y Colombia han sido los países que, hasta ahora, han cubierto ese vacío, proveyendo a Venezuela de los productos básicos necesarios para la subsistencia. Pero Hugo Chávez también ha dinamitado este frágil parche, congelando las relaciones comerciales con Colombia hace escasas semanas, en respuesta al convenio militar suscrito por Álvaro Uribe con EEUU para instalar bases militares en el país.

Obviando el vergonzoso espectáculo que Chávez protagonizó insultando al presidente colombiano, esta medida deja a Venezuela al borde del desabastecimiento absoluto. La federación de empresarios Fedecámaras ya ha alertado al Gobierno de que no serán capaces de cubrir la demanda dejada por Colombia, y ha solicitado que se replantee la ruptura de relaciones comerciales ya que, según su presidente Noel Álvarez será imposible afrontar las necesidades básicas "no sólo de productos terminados sino de materias primas y productos intermedios".

Pero el Gobierno chavista continúa empeñado en condenar al país a acudir al mercado negro en busca del sustento básico, lo que además ha provocado que la fijación de precios se incumpla sistemáticamente. 

Según ha declarado a Libertad Digital William Cárdenas, presidente de la Plataforma democrática de venezolanos en Madrid, esta política económica responde a un plan perfectamente configurado: “Chávez está haciéndolo progresivamente para que el pueblo venezolano se vaya acostumbrando a las carencias, con un agravante previo de que además la inflación alcanza ya la cifra del 40% con lo cual también aumentan los precios”. Tanto es así, que los precios de los productos ha aumentado un 33%, diez puntos por encima del índice de inflación anual, según las fuentes del Banco Central venezolano.

La red estatal de distribución creada para tratar de paliar el problema no sólo no ha dado resultados, sino que ha llevado a una situación si cabe, más crítica. Un estudio de la consultora Datanálisis señaló que el 70% de los venezolanos no encuentran los productos básicos, tampoco a través de las redes de ayuda social facilitadas por el Gobierno.

Ni siquiera las cocotas, la “comida de los pobres” pueden encontrarse ya en los supermercados, ya que -subraya Héctor Lameda- el 90% de las exportaciones procedían de Colombia, y su precio ya ha aumentado más de un 60%.

Lameda también ha destapado que “los grandes negocios de las exportaciones han enriquecido la nueva oligarquía, que ahora es bolivariana y socialista. El negocio de puerto es muy rentable para algunos sectores, Sirve para mantener callados a los altos militares que se sirven del festín”.

Por último, William Cárdenas apunta que mientras tanto “Chávez va por el mundo dando otra imagen, gastando dinero en armamento” o paseándose por selectos festivales de cine, mientras Venezuela está cada vez más cerca de las cartillas de racionamiento de la dictadura cubana o la posguerra española.

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