L D (Agencias) Baikalfinansgroup, una sociedad rusa hasta ahora desconocida, pero de la que se sospecha que representa al Kremlin, compró la filial de Yukos por 9.348 millones de dólares (casi 7.000 millones de euros) en el inicio del desmantelamiento del número uno del petróleo ruso.
En un breve comunicado, Yukos denunció la venta y afirmó que Yuganskneftegaz seguía siendo propiedad suya, según la legislación estadounidense sobre quiebras. "La subasta era una violación de la suspensión automática que fue efectiva inmediatamente después de que Yukos se declarase en quiebra", indicó el grupo.
Yukos subrayó que con la venta el grupo perderá "20.000 millones de dólares y la compañía perseguirá a todas las terceras partes que hayan participado en la venta, en la financiación de la venta y en cualquier transacción ligada al valor del título". El tribunal de quiebras de Houston (Texas) ordenó el pasado 16 de diciembre suspender durante 10 días de Yuganskneftegaz, en virtud de la ley estadounidense sobre quiebras.
La compañía petrolera rusa se había dirigido a la justicia estadounidense para parar la subasta de Yuganskneftegaz, al considerar que los jueces rusos estaban bajo influencia política. La subasta también fue criticada por el Gobierno norteamericano. "La gestión de este asunto plantea serias dudas sobre la falta de transparencia y la independencia de los inversores rusos, las leyes fiscales y los tribunales", declaró el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher.