Máxima expectación en el palacio de La Moncloa en esta fría mañana de sábado. Fría por el temporal que afecta al centro peninsular y que ha bajado bruscamente la temperatura. Fría también por la difícil cita que tenía por delante el presidente del Gobierno.
Esta semana los inversores huían de España tras el rescate de Irlanda y urgía un anuncio por parte del Ejecutivo que trajera tranquilidad a los mercados. En cualquier caso, la comparecencia del presidente no ha venido acompañada de nuevos compromisos en políticas de austeridad.
Según ha señalado el presidente, la reunión ha sido "muy positiva" por la importancia de "los compromisos" adquiridos entre empresarios y Gobierno. Pero cuando ha llegado la hora de anunciar los compromisos llega la sorpresa. Éste se limita a cumplir lo que prometió en mayo cuando anunció el tijeretazo.
Una afirmación que no hace más que confirmar parte de los temores que el mercado venía arrojando sobre nuestro país y que estaban sustentados en la lentitud de la evolución de las reformas que anunció en su día: La reforma del mercado laboral, la reforma de las pensiones y "del sistema energético", así como las reformas "a favor de la competitividad". Reformas "a favor de ser más productivos y cambiar nuestro modelo económico para ganar competitividad".
"Competitividad", ha sido una de las palabras que, según ha dicho el presidente, más se ha repetido durante la reunión. Una característica que buscará con ahínco el sistema productivo español y para lo que creará una Comisión Nacional de Competitividad que será independiente y que ya fue anunciada.
Evolución del sistema financiero
Otro de los procesos estancados a los que se ha referido el presidente es el del proceso de "reforma y cambio "al que está sometido el sistema financiero". "Un proceso", continuaba el presidente, "que hemos reafirmado la determinación por parte del Gobierno y las entidades financieras de que antes del 24 de diciembre esté culminado todo el proceso de fusión".
Inversión, competitividad y exportación
Estos son, precisamente, los tres ejes sobre los que ha girado su intervención. Es necesario, en su opinión una mayor competitividad que "nos permita mejorar nuestras exportaciones". De este modo, España lograría "el crecimiento que necesitamos recuperar y afianzar en los próximos trimestres" y que depende "de exportar y de invertir". Exportar "exige ganar productividad con las reformas estructurales y tener el apoyo del Gobierno".
Las expresiones grandilocuentes, tan habituales ya en las comparecencias de Zapatero, han adornado los principales mensajes que ha transmitido. "La voluntad de unir" que ha resaltado por parte de las empresas y del Gobierno; el cual "se compromete en lo que cada uno necesita", etc.
Por lo demás, ha señalado que volverá a convocar a los integrantes de la reunión de hoy "en un plazo razonable de dos o tres meses" para repasar los "compromisos adquiridos". Unos compromisos que han "fortalecido la confianza que siempre está", ha dicho.
"Tengo la misma voluntad de dialogar que de actuar", dijo. "El Gobierno va a actuar", remató. Ese ha sido el principal mensaje que ha querido trasladar a los mercados en búsqueda de una confianza que, aunque señala que "siempre está", había desaparecido. Tanto es así que, el mensaje lanzado por Zapatero no hace más que confirmar que las dudas que tenía el mercado sobre nuestro país eran ciertas. Hablar ahora del compromiso a cumplir las reformas anunciadas en mayo, no hace más que confirmar las dudas que había de que dichas reformas fueran a culminarse. "Hay que seguir con las reformas", concluye.
Finalmente, preguntado por sus ataques a los especuladores, Zapatero ha bromeado: "Hoy estamos con empresarios, dejemos a los especuladores".
Botín, el más madrugador
Poco después de las 10:30 comenzaba la reunión con los máximos representantes de casi cuarenta empresas del país para analizar la situación económica y la salida de la crisis.
Ha sido el caso del presidente del Banco de Santander, Emilio Botín, uno de los más madrugadores en llegar al Complejo de la Moncloa junto con el vicepresidente de Inditex, Pablo Isla.
Pese a la baja temperatura, Botín no ha puesto inconveniente alguno en detenerse un instante para que los fotógrafos pudieran cumplir con su labor. Otros han sido más reacios y se han limitado a una breve mirada hacia los objetivos, pero sin apenas dejar de caminar.
Los responsables del servicio de protocolo de Moncloa han sido los encargados de dar la bienvenida a los empresarios, quienes han aguardado en una dependencia del Palacio hasta el inicio de la reunión.
A ella sólo asisten dos mujeres, Petra Mateos, presidenta de Hispasat, y Carmen Riu, de la cadena de hoteles a la que da nombre su apellido. Entre los presentes está también el presidente del BBVA, Francisco González, pese a que se había barajado la posibilidad de que no pudiera acudir a la cita.
Zapatero, según explicó ayer la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, instará a las grandes empresas a que sigan apostando por invertir y crear empleo en España. Por su parte, los empresarios, según fuentes consultadas por EFE, esperan que la reunión sirva para arrancar el compromiso del presidente del Gobierno de que hará las reformas estructurales ya que, si no se aceleran, los mercados van a arremeter más contra España.
Zapatero, el problema
Sin embargo, tal y como publicaba LD este viernes, y como señala La Gaceta este sábado, numerosos grandes empresarios reconocen en privado -y algunos en público- que el verdadero problema de la economía en el día de hoy es Zapatero.