El presidente de Castilla-La Mancha adelantó que su comunidad recibirá cerca de 500 millones de euros del nuevo modelo de financiación autonómica, con el que se mostró "razonablemente satisfecho". A pesar de reconocer su "interés" por el dinero que recibirán el resto de autonomías, rechazó que "se mire por el rabillo del ojo" y se susciten "envidias vecinales" entre regiones.
"Tampoco estoy en la actitud envidiosa de mirar por el rabillo del ojo cómo están los demás, intentado excitar envidias vecinales", afirmó Barreda en declaraciones a Onda Cero, donde recordó que corresponde a la vicepresidenta económica Elena Salgado divulgar el reparto exacto que contempla el nuevo sistema.
Preguntado si percibe una actitud de "catalanofobia" a raíz de la distribución, el jefe del Ejecutivo autonómico admitió reconocerlas en ocasiones aunque puntualizó que desde Cataluña "a veces no se colabora a que haya un ambiente de mayor cordialidad". Aún así, pidió "romper" esa dinámica de enfrentamiento entre regiones. "A mí siempre me han disgustado los separatistas y los separadores, aquellos que están siempre haciéndose las víctimas y aquellos que sistemáticamente les están acusando de todo tipo de cuestiones. Al final las cosas suelen ser más normales", remachó.
Cuestionado si podrá rebasarse la tarta de 11.000 millones de euros adicionales que el Gobierno ha ofrecido a las comunidades, Barreda dijo desconocer tal posibilidad aunque apuntó que Salgado "dijo que en 2012 se podría superar esa cantidad". Dicho esto, expuso que las comunidades registraban un "déficit notable" en financiación de sanidad, educación, atención a la Dependencia u otros servicios sociales básicos.
El presidente autonómico abogó por "no hacer discursos Estado versus Comunidades" porque la Constitución impulsó el Estado de las autonomías y las regiones son "una parte fundamental" en la organización y cohesión del país. "Financiar a las comunidades autónomas es financiar el Estado", remachó.
Recordó que existe autonomía financiera y cada comunidad podrá dedicar los fondos a lo que quiera, pero subrayó que es el ciudadano quien "en última instancia" tiene que "controlar" el paradero de esos recursos. "Por eso cada cuatro años hay una posibilidad de renovar el Gobierno, de cambiarlo cuando los Gobiernos hacen disparates o no gastan adecuadamente el dinero en las prioridades que quieren los ciudadanos", añadió.
A su juicio, el nuevo modelo tendrá posibilidades para "una mayor estabilidad" que el vigente, que sufría una cierta "rigidez" y no atendía tanto a variables como la densidad de la población.