(Libertad Digital) Desde Washington y ante los periodistas, Zapatero parecía querer hacer olvidar la insólita cruzada protagonizada por él y el resto de su Gobierno para asistir a la cumbre del G-20. También sus recientes ataques al "liberalismo trasnochado". Tras tantos esfuerzos, era inevitable intentar presentar la reunión como un retundo éxito. El presidente, nada más empezar, calificó el encuentro de “muy positivo” y no dudó en afirmar que se habían cumplido los objetivos.
Resumió lo acordado en cuatro puntos. De un lado, el “compromiso en la reactivación económica”, lo que calificó de “primera preocupación” en el mundo, sin citar la situación que se vive en su propio país. Habló del estímulo económico a través de “medidas fiscales” , que interpretó como “políticas productivas” e “inversiones”. Añadió que para que funcionen, deben ser “coordinadas”.
En ese punto, adelantó que comparecerá en el Congreso el 27 de noviembre para presentar un plan de recuperación económica para España que espera coordinar con la UE en la reunión de diciembre.
También destacó que se propone una reforma del mercado financiero para, dijo, “poner orden y seguridad” y no para “sustituirlos”. “Significa que tiene que haber reglas y no discrecionalidad, que tiene que haber transparencia ”, dijo el presidente, cuyo propio plan de rescate será opaco para los españoles.
Zapatero, además, abogó por poner “límites a los paraísos fiscales”, que en su opinión “deben desaparecer”, así como “límites” a determinadas retribuciones” y “valorarse el buen gobierno de empresas y entidades financieras”. Lo resumió poniendo de nuevo de ejemplo al Banco de España, del que habló, dijo, en la cena. No lo hizo, en cambio, en la sesión plenaria, “por no repetirse”.
El presidente también respaldó la propuesta para reformar las instituciones financieras, en concreto el FMI y el Banco Mundial, para dotarles de “mayor legitimidad y capacidad”. Al término de su intervención, llegó el compromiso más llamativo, el de que “no habrá medidas proteccionistas”. “Sería un gran error que las dificultades llevaran a la tentación de medidas proteccionistas”, dijo el presidente en términos muy similares a los adoptados antes por Bush. También abogó por avanzar en la ronda de Doha.
En el turno de preguntas llegaron las aclaraciones. En su opinión, tras la cumbre, “las expectativas para la recuperación económica son mucho mayores” , pues se ha aportado “certidumbre y acuerdo”. “Aporta un camino de reformas que llevará su tiempo… tratándose del sistema financiero”, remachó. La tarea urgente de su Gobierno, dijo, es que funcionen las medidas que se han propuesto hasta ahora, en particular los “recursos públicos” que se han puesto a disposición de la Banca. “El Gobierno va a mantener un diálogo continuo con las entidades financieras”, dijo, para garantizar la llegada de liquidez y el “estímulo del crédito”.
La silla de la próxima cumbre
En cuanto a su presencia en ese “camino” que se abre tras la cumbre, se limitó a aclarar que seguirán “en la misma dirección”. “Te tienen que reconocer esa tarea, hemos dado un primer paso”, dijo en relación al peso de España. Preguntado por las palabras de Nicolas Sarkozy tras la cumbre, que dijo, según informa Europa Press , que Zapatero estará “seguro” en las próximas reuniones, se limitó a decir que confía en el presidente francés.
Preguntado por un periodista, también explicó qué es lo que entiende él por política fiscal. “Es hacer que el sector público, a través de recursos públicos, facilite la activación económica”, afirmó antes de decir que el Gobierno ya ha hecho una política fiscal importante” al trasladar “recursos públicos a los ciudadanos”. Así respondía a la cuestión de si bajará los impuestos.
La "cortés" actitud de Bush
Después explicó su concepto de “proteccionismo”, una idea que antes había rechazado con contundencia. Interrogado en relación al ejemplo concreto de la industria automovilística, aclaró que “la ayuda a un sector debe ser una ayuda de futuro, en innovación”, pero que, en su opinión, “el proteccionismo no resuelve ningún problema”. La solución, dijo, “es preparar al sector para la nueva demanda, que sea productivo”.
En cuanto a la ansiada foto en la Casa Blanca y su relación con Bush, el presidente fue parco en palabras. “Hemos tenido muchas diferencias”, pero “hay que reconocer” que su actitud ha sido “de cortesía”. En cuanto a la instantánea de todos los líderes mundiales, destacó que “será recordada como el momento en que cambiaron las cosas” y “se puso orden donde había desorden”.
Resumió lo acordado en cuatro puntos. De un lado, el “compromiso en la reactivación económica”, lo que calificó de “primera preocupación” en el mundo, sin citar la situación que se vive en su propio país. Habló del estímulo económico a través de “medidas fiscales” , que interpretó como “políticas productivas” e “inversiones”. Añadió que para que funcionen, deben ser “coordinadas”.
En ese punto, adelantó que comparecerá en el Congreso el 27 de noviembre para presentar un plan de recuperación económica para España que espera coordinar con la UE en la reunión de diciembre.
También destacó que se propone una reforma del mercado financiero para, dijo, “poner orden y seguridad” y no para “sustituirlos”. “Significa que tiene que haber reglas y no discrecionalidad, que tiene que haber transparencia ”, dijo el presidente, cuyo propio plan de rescate será opaco para los españoles.
Zapatero, además, abogó por poner “límites a los paraísos fiscales”, que en su opinión “deben desaparecer”, así como “límites” a determinadas retribuciones” y “valorarse el buen gobierno de empresas y entidades financieras”. Lo resumió poniendo de nuevo de ejemplo al Banco de España, del que habló, dijo, en la cena. No lo hizo, en cambio, en la sesión plenaria, “por no repetirse”.
El presidente también respaldó la propuesta para reformar las instituciones financieras, en concreto el FMI y el Banco Mundial, para dotarles de “mayor legitimidad y capacidad”. Al término de su intervención, llegó el compromiso más llamativo, el de que “no habrá medidas proteccionistas”. “Sería un gran error que las dificultades llevaran a la tentación de medidas proteccionistas”, dijo el presidente en términos muy similares a los adoptados antes por Bush. También abogó por avanzar en la ronda de Doha.
En el turno de preguntas llegaron las aclaraciones. En su opinión, tras la cumbre, “las expectativas para la recuperación económica son mucho mayores” , pues se ha aportado “certidumbre y acuerdo”. “Aporta un camino de reformas que llevará su tiempo… tratándose del sistema financiero”, remachó. La tarea urgente de su Gobierno, dijo, es que funcionen las medidas que se han propuesto hasta ahora, en particular los “recursos públicos” que se han puesto a disposición de la Banca. “El Gobierno va a mantener un diálogo continuo con las entidades financieras”, dijo, para garantizar la llegada de liquidez y el “estímulo del crédito”.
La silla de la próxima cumbre
En cuanto a su presencia en ese “camino” que se abre tras la cumbre, se limitó a aclarar que seguirán “en la misma dirección”. “Te tienen que reconocer esa tarea, hemos dado un primer paso”, dijo en relación al peso de España. Preguntado por las palabras de Nicolas Sarkozy tras la cumbre, que dijo, según informa Europa Press , que Zapatero estará “seguro” en las próximas reuniones, se limitó a decir que confía en el presidente francés.
Preguntado por un periodista, también explicó qué es lo que entiende él por política fiscal. “Es hacer que el sector público, a través de recursos públicos, facilite la activación económica”, afirmó antes de decir que el Gobierno ya ha hecho una política fiscal importante” al trasladar “recursos públicos a los ciudadanos”. Así respondía a la cuestión de si bajará los impuestos.
La "cortés" actitud de Bush
Después explicó su concepto de “proteccionismo”, una idea que antes había rechazado con contundencia. Interrogado en relación al ejemplo concreto de la industria automovilística, aclaró que “la ayuda a un sector debe ser una ayuda de futuro, en innovación”, pero que, en su opinión, “el proteccionismo no resuelve ningún problema”. La solución, dijo, “es preparar al sector para la nueva demanda, que sea productivo”.
En cuanto a la ansiada foto en la Casa Blanca y su relación con Bush, el presidente fue parco en palabras. “Hemos tenido muchas diferencias”, pero “hay que reconocer” que su actitud ha sido “de cortesía”. En cuanto a la instantánea de todos los líderes mundiales, destacó que “será recordada como el momento en que cambiaron las cosas” y “se puso orden donde había desorden”.