Una semana más, las páginas rosas de las revistas esconden verdaderos tropiezos estilísticos. A pesar de que en esta ocasión nuestros famosos se portan y escogen looks más acertados que en oportunidades anteriores, ya se sabe que 'el que busca, encuentra'. Y vaya si hemos encontrado.
El primero en pasar por nuestro ojo crítico es José María Gutiérrez, Guti. El futbolista acudió –junto a su exmujer- a la comunión de su hijo, y debió querer arañar algo de protagonismo a su vástago, en este día tan especial. Así que allí que se plantó, con esmoquin en tonos beige, camisa blanca... y complementos verdes. Verdísimos. Verdérrimos. Un look tan llamativo como desacertado, sobre todo para acudir a un evento religioso de alto copete. Aconsejamos al futbolista que se desmarque de la tendencia alternativa-moderna en la que lleva tiempo instalado: el mundo tiene suficiente con un David Beckham.
Del mundo futbolístico también surge la segunda de nuestras integrantes de la Pasarela Neptuno, que acostumbra a pisar fuerte por Pasarelas más internacionales. Ella es Malena Costa, la novia del barcelonista Carles Puyol, que ha estado celebrando la victoria del equipo de su chico el pasado domingo, un día después del encuentro que le catapultó al estrellato. El espectáculo de otra ‘novia del Barça’, quizá haya dejado su presencia en los fastos en un segundo plano... pero sólo por su atuendo merece ser rescatado. Vestido naranja, chaleco estilo ranchero en tonos ocre y melena al viento. Hasta ahí, todo correcto. El problema aparece cuando descendemos la vista y nos horrorizamos con el calzado escogido por la veinteañera: botas de ¿inspiración militar? Ambos zapatos tienen la capacidad de desfigurar por completo un estilo correcto, dejando a la bella Malena perfectamente ataviada, lista para acudir a Acampada Sol. O a la de Plaza de Cataluña, que la madrileña quizás le pille a desmano.
También el catalán Custo Dalmau, el modisto de trajes insólitos, ha querido solidarizarse con los ‘indignados’ que acampan en las plazas públicas. Y ha optado por transmitir su comprensión sin mediar palabra, sólo a través de su atuendo: pantalones desteñidos, -digamos, un par de tallas por debajo de lo anímicamente saludable- camiseta aséptica blanca –también debidamente ajustada- y las llaves colgando del cuello. El paquete de tabaco que se adivina escondido en su bolsillo, y el aspecto desarrapado de su pelo, lo mimetizan perfectamente con las juventudes que se agolpan en Plaza Cataluña.
Al igual que Guti, otra que o bien se ha equivocado de evento, o de modelito, es Bimba Bosé. La cantante acudió a la celebración de la boda de Alaska y Mario Vaquerizo en Madrid, y consiguió dar la nota. Embarazadísima, se presentó toda vestida de lycra brillante, combinado con una chaqueta que terminaba en esos elementos del averno que llaman hombreras. Un aspecto poco alegre y adecuado para una futura mamá que va a participar de una ocasión de alagarabía como es la boda de sus queridos amigos. Esta elección de Bosé no habría desentonado en un baile gótico, una tarde de compras o, incluso, en Acampada Sol.
Por último, dejemos el motivo de honda alegría y satisfacción. Primero, recuerden aquel atuendo infame que gastaba el novio de Bárbara Rey hace unas semanas, aquí está el documento. Pues bien, parece que Simón, que así se llama, ha tomado nota. Esta semana podemos verle en Diez Minutos con un impecable atuendo, acompañando a su pareja en una fiesta de la firma Rabat. ¡Un hurra por el buen gusto y el valor de rectificación! Nos alegramos, Simon.