Cuando se cumple un año y medio de su presidencia de la Academia del Cine, Álex de la Iglesia ha concedido una entrevista a 20 minutos, donde ha confesado algunos de sus objetivos al frente de la institución. "Merece la pena" asegura "aunque lleva mucho tiempo y no está remunerado" matiza el director, cuyo balance no podría ser más positivo: "La gente está respondiendo, implicándose. Las cosas han cambiado, lo que ya es un triunfo" dice orgulloso.
El objetivo fundamental que persigue desde la presidencia de, es "igualarnos a otros países. Lograr la estructura de financiación y ayudas que hay en otros lugares. Esa es la idea: lograr dinero para producir películas". Sobre las descargas de internet, De la Iglesia considera que es necesario un cambio en la mentalidad de los exhibidores, parejo con el que se ha producido en la sociedad, ya que "la gente ve más películas en casa que en el cine y tenemos que aprovechar ese hueco".
Como objetivo secundario, señala la necesidad de "despolitizar" en cine español porque "la Academia representa al cine, no a ninguna ideología. Otra cosa es que haya gente interesada, por otras razones, en transmitir esa imagen". Además, pide una reflexión a los espectadores a este respecto: "La gente, y los medios, deberían preguntarse el porqué".
Preguntado por la "mala fama" que tiene la calidad del cine español, el director no tiene reparos en responder que, "muchos" de los que dicen eso "es porque lo han leído o se lo han dicho, porque ni siquiera ven nuestras películas". No obstante, hace una concesión autocrítica y añade, a renglón seguido que: "Pero también te digo una cosa: estoy convencido de que nuestras películas son horrorosas. Y que podemos hacerlas mucho mejor. Pero contando con el público: que las vean primero, y después opinen" solicita.
Sobre el tema de las subvenciones al mundo del cine, De la Iglesia se muestra más molesto con lo que considera estereotipos infundados: "Esa imagen responde a intereses creados. No estamos más subvencionados que los tomates o las patatas, y estoy un poco cansado de esa leyenda" confiesa.
Para ello, se apoya en que, por ejemplo: "Sólo el Museo Reína Sofía recibe más subvenciones que todo el cine español. Así que no es cierto que recibamos tanto dinero" se queja. Y añade: "Pero es verdad que debemos esforzarnos por la autofinanciación, que esto sea un negocio, reconocer nuestros errores y convertir ésta en una industria sólida. Hay cauces: por ejemplo, como en América, exención de impuestos para gente que anime la producción, o que ruede en determinados lugares".