El post de Mercedes Milá en su blog "Lo que me sale del bolo" nos revela una faceta hasta hora desconocida de la presentadora. Milá ensalza el amor alcanzando insospechadas cotas de cursilería. Mientras habla de la idílica relación de Iker y Sara, denigra a quienes les critican porque sus ataques, cuenta, vienen de la envidia.
"Que te mire Iker con esos ojos mientras tú te lo comes con los tuyos y le acaricias la mejilla, cotiza muy alto", advierte Milá. "Que os queráis y los dos miréis en la misma dirección cómo pasa la vida, genera todo tipo de reacciones en los seres humanos que os miramos", continúa.
Lamenta la presentadora que "nunca sale gratis vivir una historia de amor frente a la gente". "No sale gratis porque no te dejan equivocarte, porque no te permiten convertirte en niño como manda el amor, no te dejan reírte sin saber por qué, ni cerrar los ojos y sentir que vuelas", evoca. Habla Milá a Sara del "peligro" que tiene ser feliz delante de todos. Y le cuenta, en tono maternal, que "cuando un hombre y una mujer logran ensimismarse (...), poseen uno de los grandes tesoros de la vida".
Milá celebra las palabras de su compañera Ana Rosa Quintana contra Urbaneja y ataca, sin piedad, al presidente de la asociación de la prensa de Madrid. "Es él el que mira con ojos turbios tu presencia, es él el que ensucia tu trabajo, es él el que abre un camino que no conduce a ningún sitio donde juzgar tu trabajo y nada más que tu trabajo". Le exige que se excuse.
Tras lamentar que no sean "capaces de valorar el trabajo de una mujer", envía a Sara toda su "solidaridad" y apoyo. También su "envidia más sana", admite, por su "preciosa historia de amor" y sus "maravillosos ojos marinos". Dice que no le extrañan que la fotografíen tanto, sino que "se hagan la picha un lío y digan que el pobre Iker pierde su concentración". Y concluye deseándoles suerte.