El jurado popular ha declarado por unanimidad culpable al celador de Olot, Joan Vila, de 11 asesinatos con alevosía -y tres de ellos, además, con ensañamiento- a ancianos de la residencia La Caritat entre agosto de 2009 y octubre de 2010.
Según el veredicto del jurado, Vila cometió 11 crímenes siendo plenamente consciente de lo que hacía ya que no sufría ningún tipo de alteración psíquica "que no le permitiera entender la ilicitud de sus actos".
El escrito que ha leído la portavoz del jurado este martes por la tarde durante más de una hora sí considera, en cambio, el atenuante de confesión ya que los detalles que dio Vila en sus declaraciones como testimonio, como imputado y ante el juez fueron "relevantes para poder determinar la autoría y la causa de la muerte" en los diferentes casos.
En un detallado veredicto que tenía hasta 99 puntos, el jurado ha considerado probado que Vila tenía la intención de provocar la muerte a los 11 ancianos o que al menos conocía que suministrándoles una mezcla de psicofármacos, una sobredosis de insulina o haciéndoles ingerir productos cáusticos podía causarles la muerte.
El jurado cree que Vila es el autor de todas estas muertes por su confesión, porque los fallecimientos coincidieron en su horario de trabajo, por el testimonio que han aportado los compañeros de trabajo, por la declaración de los diferentes agentes que participaron en la investigación de los crímenes y por las pruebas forenses, entre otros motivos.
En relación a las tres últimas muertes, las que destaparon el caso, los miembros del tribunal popular han considerado probado el ensañamiento ya que la ingesta de lejía y desincrustante causó a las víctimas "un gran e innecesario sufrimiento que no era necesario para provocarles la muerte".
Sobre la alevosía, que ha quedado probada en los 11 crímenes, el veredicto apunta que los ancianos no desconfiaban de los productos que les daba el celador ya que era una persona que tenía que cuidarlos y porque además ninguno de los fallecidos pudo defenderse ya que estaban bastante desvalidos.
El jurado no ha podido demostrar con pruebas dos de los asesinatos --de la segunda y tercera víctima de Vila_- ya que los resultados de las autopsias ni los toxicológicos fueron concluyentes, pero aún así los ha contabilizado ya que el resto "han quedado confesados y corroborados y sería ilógico que el procesado mintiera porque no le aporta ningún beneficio".
Finalmente, el jurado se ha mostrado desfavorable a que se le apliquen a Vila los beneficios penitenciarios o el indulto total o parcial de la pena.
Una vez acabada la lectura del veredicto, las partes han formalizado su petición de pena; así, el fiscal Enrique Barata ha mantenido la petición de 194 años de prisión, una pena a la que se han sumado los abogados de las acusaciones particulares, que inicialmente reclamaban 202 años de cárcel ya que no contemplaban la atenuante de confesión.
El abogado de Vila, Carles Monguilod, ha calificado el juicio de "justo" y ha pedido para su defendido la pena mínima que pueda aplicársele; también ha anunciado que estudiará con todo detalle la sentencia y que no descarta presentar recurso si lo considera oportuno. Después de doce días, el juicio contra el celador de Olot ha quedado visto para sentencia.