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Varios violadores y asesinos en serie podrían ser excarcelados por la sentencia sobre la doctrina Parot

Importantes narcos como José Luis Charlín. Terroristas del GRAPO o los GAL. Violadores como los del ascensor, el portal o el estilete.

La derogación de la doctrina Parot por parte del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) no sólo puede suponer la posible puesta en libertad inmediata de casi 60 terroristas de ETA, sino también la de terroristas de otras organizaciones, así como de importantes narcotraficantes, de violadores en serie o del único condenado por el crimen de Alcasser.

Según datos del Ministerio del Interior, son 24 los importantes narcotraficantes que podrían abandonar la prisión. Muchos de ellos con nombres muy conocidos para el ciudadano de a pie, como los hermanos Manuel y J­osé Luis Charlín Gama, máximos responsables del Clan de los Charlines; Laureano Oubiña o José Ramón Prado Bugallo (Sito Miñanco).

Irían acompañados de una decena de terroristas. Exactamente, de siete integrantes de los GRAPO (Grupo Antifascista Primero de Octubre), como María Jesús Romero Vega (condenada por dos asesinatos), Guillermo Vázquez Bautista (condenado por un asesinato), Concepción González Rodríguez (condenada por un asesinato), Olga Oliveira Alonso (condenada por un asesinato), Jaime Simón Quintela (condenado por un asesinato), Jesús Cela Seoane (condenado por intento de secuestro) y Encarnación León Lara.

Junto a ellos saldrían dos terroristas de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), entre ellos, Ismael Miquel Gutierrez, jefe de uno de los grupos de la organización y responsable del asesinato de un ciudadano que creían relacionado con ETA, aunque no tenía vinculación alguna. También saldría en libertad la terrorista del EGPGC (Exército Guerrilheiro do Pobo Galego Ceibe) Josefa Rodríguez Porca, que fue condenada por un asesinato.

Violadores y asesinos en serie

Miquel Ricart Tárrega. Fue condenado en 1997 a 170 años de cárcel por el asesinato de las tres niñas de Alcasser (Miriam García, Toñi Gómez y Desiré Hernández) en noviembre de 1992. Fue el único juzgado por estos crímenes, pues el otro supuesto autor material de los hechos, Antonio Anglés, se encuentra todavía en paradero desconocido.

Pedro Luis Gallego Fernández. Conocido popularmente como el violador del ascensor. Fue condenado a una pena de prisión de 272 años, por el asesinato de Leticia Lebrato (1992) y Marta Obregón (1993), así como 18 violaciones más. Su salida de prisión está prevista para 2022.

Pablo Manuel García Ribado. Es un mecánico de Madrid que, junto a Antonio Barroso Mingo, fueron conocidos popularmente como los violadores de los portales. Fue condenado a 1.716 años de cárcel y 15 días de arresto por su participación en 89 delitos (51 violaciones) y una falta de lesiones. Su compañero de delitos fue condenado a 1.254 años de prisión por los 64 delitos cometidos (29 violaciones).

Jose Antonio Seco Martínez. Es conocido popularmente como el asesino en serie de Villarrobledo (Albacete). Fue condenado a 90 años de prisión en 1997 por tres asesinatos en serie entre 1991 y 1993. La primera de sus víctimas apareció con el cráneo aplastado por una piedra; y el segundo, apareció con múltiples cuchilladas por todo el cuerpo y el cráneo aplastado. Los tres cadáveres aparecieron con los brazos o piernas formando una cruz.

Félix Vidal Anido. Conocido popularmente como el violador del estilete. Está condenado por las cinco violaciones consumadas y nueve frustradas, y hasta 56 delitos relacionados con abusos sexuales. Su objetivo eran especialmente mujeres de entre tres y catorce años, aunque también atacó a adolescentes y jóvenes de hasta 24 años. A dos niñas de tres años les obligó a hacerle tocamientos.

Joaquín Villalón Díez. Conocido policialmente como el asesino señorito. Fue condenado a 58 años y 10 meses de prisión. Casado con una mujer lesbiana que le obligada a pintarse y vestirse de mujer, dejó embarazada a su amante, a la que estranguló y descuartizó, abandonando su cadáver en un monte. Posteriormente, acabó con la vida de dos transexuales. Uno de ellos fue encontrado en el baño de su casa con una cadena atada al tórax, después de que le prendiera fuego. El otro, recibió primero una paliza y aprovechando que había perdido el conocimiento fue ahogado en la bañera.

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