El Mundo viene hoy cargadito. "El TC avala que los diputados regionales no tengan sueldo". No va a quedar ni uno. Esto sí que es un notición para el 15-M. Como segundo tema "España media con Rusia en busca de una 'solución política'". “Relajados y sonrientes, como los viejos conocidos que son, el Rey y Serguei Lavrov escenificaron con sus dos besos en las mejillas la comodidad y la cercanía que siente Rusia con España” dice Ana Romero. Me dejas perpleja, Ana. ¿Rusia y España se conocen de algo? En páginas interiores lo aclara. “El Rey y Rusia, una gran amistad. Don Juan Carlos y Putin tienen una estrecha relación personal”. Ah, es verdad, al parecer le puso un oso drogado para que lo matara, todo un detalle.
También lleva en portada un tercer tema. "La Fiscalía acusa a Cardenal de 'injerencia' por defender al Barça". Resulta que al secretario de Estado le dio un subidón futbolero el otro día y ni corto ni perezoso se marcó una artículo en El País poniendo a parir al juez por el caso Neymar. Casimiro dice que el secretario de Estado cometió "un error gravísimo" y una “enorme torpeza”. “Después de no dar explicaciones en todo el día emitió un comunicado cerca de medianoche declarando su respeto a la agencia tributaria y la justicia. Un respeto que debería haber demostrado al escribir su tribuna”. Y ahí le tienes, todavía de secretario de Estado.
El País abre con una noticia de España. Como les cuento, con la que hay liada en Ucrania y va y abre a cinco columnas con una foto de inmigrantes. Son ganas de llevar la contraria. "El mayor intento de salto masivo agudiza la crisis de los inmigrantes en Ceuta". "Interior habla de 'emergencia' tras el mayor intento de salto en Ceuta". Y mientras “Rubalcaba pide explicaciones sobre el Tarajal antes de un pacto de Estado”.El periódico de Prisa le ofrece al PSOE la posibilidad de echar un cable además de andar tocando las narices.“Los grupos parlamentarios abordan la crisis. Europa como solución. El País ha pedido a los portavoces parlamentarios su opinión” sobre las entradas masivas de inmigrantes, y que, aparte de atizar al ministro y a la Guardia Civil, hagan alguna sugerencia.
También lleva en su portada el conflicto de Ucrania y omite cualquier referencia a la reunión del ministro ruso con Rajoy y con el Rey. "Putin mantiene la amenaza militar mientras occidente da ayudas a Kiev". "El presidente ruso asegura que la fuerza 'es la última opción'. EE UU carga contra Moscú y promete 730 millones para Ucrania". Ni una línea para España, estos desaboríos.
El editorial dedicado al paro es una fiesta para el Gobierno. "Es un síntoma de que efectivamente la recesión ha quedado atrás y de que la economía española se encamina hacia una fase de recuperación". Y el "pero" no llega hasta el tercer párrafo. “Pero no es menos cierto que el mercado está en una fase incierta”. Debe ir la cosa viento en popa.
ABC sí que le da protagonismo a España. "España defiende la integridad de Ucrania". Y con la foto del ruso con el Rey, como Dios manda. En las páginas de España se muestra también preocupado por la inmigración. "Interior cifra en 80.000 los inmigrantes que aguardan para entrar en España" mientras “El PSOE forzará en el Congreso una votación para reprobar al ministro”. El periódico de Vocento dedica un gran espacio al caso Cardenal. Echa chispas en un torrente de titulares. “La Fiscalía ve 'inadmisible' la 'injerencia' de Cardenal. El Ministerio Público pide al fiscal general que actúe, tras el artículo del secretario de Estado que denuncia el 'acoso' al Barça en el caso Neymar”. “El secretario de Estado alega cariño a Cataluña y la deuda del fútbol. El madridismo pide la dimisión del secretario de Estado”. A ver si Rajoy, tratándose de ABC, escucha sus súplicas. Hasta el embajador de España Inocencio Arias le dedica unas palabritas al “osado Cardenal”. “El secretario de Estado se mete en un peligroso jardín”. David Gistau flipe en colores. “Precisamente hoy hablaba con un amigo del riesgo que todos corremos a convertirnos en energúmenos cuando se habla de fútbol. Esto podría constituir una explicación de la salida en tromba de Cardenal: el aficionado del fútbol que olvidó la representación oficial que ostenta y, como en una conversación de bar, concedió credibilidad a todas las tonterías que circulan por los mentideros y decretó que un equipo que no es el suyo pero le gusta es intocable. Se puede atacar la independencia de un juez en un vocinglero programa de periodistas deportivos pero no en un cargo público”. Pues parece que sí que se puede, porque sigue en el cargo.
La Razón dice que tocamos a "Un guardia civil por cada 64 inmigrantes a la espera del asalto". Pues muy desigualado lo veo. Va a perder el guardia civil seguro. "Reprobación demagógica del PSOE a Jorge Fernández", dice el periódico de Planeta, que manifiesta su “estupor” por la actitud del PSOE. “Hay temas de interés nacional en los que se espera un mínimo de lealtad”. Yo los veo más sumándose a los inmigrantes contra el guardia civil.
A La Razón a favor de Cardenal. Ni lo lleva en portada, pese a la que se ha montado, y Marhuenda es una tumba. Pero se les ve el plumero en la información. "La fiscalía, contra Cardenal por defender al Barcelona". No, chicos, no, no es por defender al Barcelona, es por atacar al juez y a la propia fiscalía.
En La Vanguardia hoy es un día de fiesta. El director Marius Carol está como un niño con zapatos nuevos con el artículo de Cardenal. "¿De qué desmesura habla? Del linchamiento al FC Barcelona a partir del modo en que se está llevando una interpretación en el contrato de Neymar que puede tener consecuencias fiscales distintas. Del juicio paralelo a una entidad que cumple como pocas con Hacienda", dice. "Estoy convencido de que el presidente del CSD era consciente de que su artículo iba a levantar ampollas, pero lo escribió sabiendo que resultaba un acto de justicia. Ha sido valiente (...) Son tiempos propicios a los hooligans, pero se agradece la palabra imparcial de la voz autorizada del deporte". Pues va a tener razón el señor Carol, mira que yo no entiendo ni papa de fútbol, pero a un hooligan se le reconoce en cuanto lo lees.