Con la renuncia del Rey Juan Carlos y el ascenso al trono por parte del heredero, también se producirá la consecuente reestructuración de la Casa del Rey. Tal y como marca la Constitución, el Rey es quien nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares encuadrados dentro de la Institución. Con especial atención se espera el nombre del futuro jefe de la Casa del Rey, ya que es un puesto fundamental y, en cierta manera, será una de las primeras señas de identidad que marcarán el reinado.
Aunque aún los futuros elegidos para los principales puestos son una incógnita, periódicos como La Razón o La Vanguardia apuestan firmemente por la figura de Jaime Alfonsín. El hoy jefe de la reducida pero eficiente Secretaría del príncipe de Asturias es quien tiene todas las papeletas para ocupar el cargo. Abogado de Estado, que trabajó en el pasado en el bufete Uría y Menéndez, Alfonsín lleva junto al heredero 19 años. En concreto, desde 1995, cuando el príncipe regresó a España, tras finalizar sus estudios en la Universidad de Georgetown, donde cursó un máster en relaciones internacionales.
Nacido en Lugo en 1956, Jaime Alfonsín es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid, con premio extraordinario de promoción. Tan sólo dos años después de terminar la licenciatura, Alfonsín ya había logrado ingresar en el Cuerpo de Abogados del Estado. En 1982, Jaime Alfonsín se convirtió a sus veintiséis años en el director general más joven del país, al frente del departamento de Cooperación con los Regímenes Autonómicos, encuadrado en el Ministerio de Administración Territorial. Asimismo, compaginaba sus cargos funcionariales con la labor de docente en la Universidad Autónoma y en la ICADE.
Pero la carrera de este abogado del Estado también pasa por el sector privado. Primero fue secretario general y director de la Asesoría Jurídica del Barclays Bank y, en 1993, entró en el mencionado despacho de abogados Uría y Menéndez. Dos años más tarde, Alfonsín se pondría a las órdenes del príncipe Felipe.
Los colaboradores y personas que han trabajado con el actual jefe de la Secretaría del príncipe lo definen como una persona prudente, discreta y trabajadora. Además, en su defensa, destacan de Jaime Alfonsín su abnegación al servicio de España, al renunciar a la fama y dinero que le reportaría si hubiera seguido su meteórica profesión de abogado en vez de ponerse al servicio de la Secretaría del príncipe, con un salario de cerca de 70.000 euros.