Menú

'ABC' y' La Razón' se encomiendan a Bertín y al señor Cayo

Un excitante CIS desata el estado de ansiedad y todos están pendientes de los indecisos. La campaña va a ser un combate.

Un excitante CIS desata el estado de ansiedad y todos están pendientes de los indecisos. La campaña va a ser un combate.
Rajoy en el programa de Bertín Osborne. | EFE

El Mundo dice que "el CIS deja el futuro Gobierno en manos de los indecisos". Si se deciden, claro. El editorial dice que el CIS "evidencia el final del bipartidismo" y el "fuerte crecimiento de Ciudadanos". Pero tampoco hay que fiarse, porque "estos números podrían sufrir variaciones". Por un lado, porque el "41% de los encuestados que declara que va a votar, todavía no ha decidido a qué partido", pesaditos ellos. Además, la encuesta dice que "el 11% duda entre votar a PP o a Ciudadanos y un 9% duda entre PSOE y Ciudadanos", menuda empanada mental. "A esto se suma el efecto de la ley D'Hont", que sabemos que suele salir por peteneras. Vamos, que el CIS de ayer no vale para nada. Lo que parece claro, dice el editorial, es que "otorga la llave de la gobernabilidad a Ciudadanos", colocándole un marrón a Rivera de cuidado. "Eso aumenta la presión sobre Albert Rivera, el líder que más puede ganar si acierta en la campaña y también el que más puede perder si comete un error. Habrá que esperar al 20-D para despejar las incógnitas". Ya. Se habrá quedado calvo el editorialista con esta conclusión.

Casimiro García-Abadillo también tiene su propio análisis. Ve que "el PSOE se queda sin opciones de gobierno", y que "lo más probable es que el partido de Rivera adelante a los socialistas en los últimos días de campaña", con el consiguiente efecto colateral de que Marhuenda tenga que pagarle un jamón a Federico. Ve que "por bloques ideológicos, el centro derecha superaría con cierta holgura a la izquierda", adiós al frente popular. Y que "nadie puede dar nada por sentado hasta el 20-D". Otro al que le sale humo de la cabeza.

Federico Jiménez Losantos prefiere hoy distraerse con Cataluña y la sentencia del TC. "Un golpe de Estado no es una declaración, es un hecho. Y una sentencia no es una sentencia si no va acompañada del hecho de su aplicación (...) La sentencia del TC no será sentencia mientras los sentenciados no sufran pena alguna por su delito", dice en plan trabalenguas. Pero como no se le ve a Rajoy intención de penalizar a nadie, "el golpe, según los golpistas, sigue. ¿Alguien cree que el gobierno intentará detenerlo? Nadie. ¿Y de qué nos sirve las sentencias sin consecuencias? A estas alturas, no perseguir la acción golpista, como hace Rajoy, es ser golpista por omisión".

El País da un respiro a Rajoy y no se ensaña mucho con el PP. Será porque lo del PSOE es peor. "El PP supera en ocho puntos al PSOE y en nueve a Ciudadanos, según el CIS". El editorial es uno de esos petardos que encasqueta El País cuando no le interesa meter cizaña. "Aprender otro idioma", es la cursilería de titular. "Los datos del CIS no dejan más opción que un pacto entre minorías". "Nos encontramos en la transición hacia una nueva cultura política, mucho más parecida a la de gran parte de Europa". ¿Ya somos europeos? Qué chupi. Cuenta que "el PSOE pone en duda el desplome que le atribuye el CIS", el pobre Pedro, qué disgusto. Javier Ayuso le desengaña. "El descalabro de los socialistas supondría un enorme problema para Rajoy, porque situaría a Ciudadanos en la segunda plaza y dificultaría un pacto de investidura". Así que no, Pedro, no. Ya le hubiera gustado a Rajoy que el CIS hubiera sido otro. "En Moncloa ven a Albert Rivera muy crecido", dice Ayuso. Hombre, razones tiene, aunque más le valdría no vender la piel del oso antes de cazarlo. Que recuerde lo que le pasó a Pablo Iglesias. Y Javier Cercas sentencia que ni aprender otro idioma, ni fin del bipartidismo, ni leches. Aquí no va a pasar nada. "Dudo mucho que Podemos acumule fuerza suficiente para terminar con el bipartidismo; tampoco Ciudadanos, tan repeinado. A lo sumo serán necesarios para formar gobierno en la próxima legislatura, pero nada más; luego quizá menos (…) En cuatro años, los nuevos partidos serán tan viejos como los viejos y se disolverán en la irrelevancia. Y todo quedará como está, y cuando salgamos de esta crisis, lo haremos tan mal pertrechados para afrontar la próxima como lo estuvimos para afrontar esta". Como dicen los carteles de los bares: hoy hace un día precioso, verás como viene alguien y lo jode.

A ABC no le llega la camisa al cuello. "Un PSOE desfondado abre paso a Ciudadanos como segunda fuerza". Bieito Rubido entra en estado de pánico ante el fin de su querido bipartidismo y clama por "rescatar al PSOE". Primero le atiza dos coscorrones a Sánchez. "¿Cómo es posible que el PSOE pase a ser la cuarta fuerza en la capital de España? La explicación es sencilla: haberle dejado la alcaldía de Podemos". Pedro Sánchez quiso "aprovechar el descontento de la crisis para apresurar un triunfo electoral frente a los populares", y ¡hala!, a pactar con todo lo que se menee entre nacionalistas y extrema izquierda. Un pan con unas hostias, dicen en mi tierra. "España necesita que regrese el PSOE centrado y patriota, con sentido de Estado", llora Bieito sin comprender, el hombre, que a ese PSOE lo mató Zapatero. En el editorial le zumba a Rivera. "Hace tiempo que el partido de Albert Rivera dejó de ser un espejismo para convertirse en el condicionante de la legislatura. Lo novedoso es que Rivera prevé la posibilidad de ser presidente, lo que no deja de reflejar un cierto exceso de autoconfianza". Qué se creerá ese Rivera, lo niños a callar cuando hablan los mayores.

A David Gistau se le han atragantado tanto Podemos como Ciudadanos, unos "urbanitas modernetes y molones que creen que representan a España entera". Cree más bien que "a los que se le parece España es a la partida de dominó de Rajoy y a la gracia castiza de Bertín Osborne, sin imposturas intelectuales, sin pose". "Hay una España ahí fuera de la que se han desconectado los gurús que iban a fabricar a los nuevos electores, a los nuevos votantes, a los nuevos españoles", dice basándose en los datos de audiencia del programa. "Sigan riendo, sigan disfrutando de su complejo de superioridad, sigan sintiéndose listísimos. Pero hasta yo empiezo a creer que esto se lo lleva Rajoy pretendiéndose un personaje de Garci que oposita en Pontevedra y por las tardes sale con una rebequita a echar la partida bebiendo un dedito de mistela. Ese mundo en el que permanece vigente el usted y en el que lo nuevo solo ha estado porque se le averió el coche y entró a llamar una grúa". Lo mismo cree Luis Ventoso. "Nadie contaba con el bertinazo (…) Los televidentes observaban pasmados que el tal Mariano es un tipo agradable". Mira Rajoy, y tú huyendo de la tele. Verás cuando vayas al de María Teresa Campos, seguro que te metes a la mitad de los indecisos en el bolsillo. Y sin tener que tocar la gaita. Ignacio Camacho prefiere dorarle la píldora a los abueletes. "La última batalla se va librar en el gélido horizonte escarchado e invernal de los municipios y diseminados entre las cuencas del Duero y el Tajo. Ahí, en el extenso predio castellanoleonés y manchego, con su intenso sesgo rural y sus votantes de edad avanzada, se puede decidir esta vez el Gobierno de España. El señor Cayo , con su cazurrería de secano y su solitario escepticismo ante el carrusel de la propaganda, quizá vuelva a tener la última palabra". ¿A que se sienten importantes?

La Razón dice que "el PP ganaría y sólo un tripartito PSOE, C's y Podemos le arrebataría el gobierno". Eso es hacer encaje de bolillos en un titular. El editorial le hace una enmienda a la totalidad del titular. "Los malos resultados que se auguran al candidato socialista complican cualquier opción de acuerdos con Pedro Sánchez como alternativa, ya que Rivera tendría que sumarse a unos partidos de corte nacionalista y a la izquierda comunista de Pablo Iglesias" y ahí se acabó el centro. Y lo que le ha pasado al PSOE se lo tiene bien merecido por sus acuerdos "con radicales y nacionalistas sin otro objetivo que desalojar del poder a los populares". Que las prisas nunca fueron buenas.

Pedro Narváez es de los que se frota las manos con la visita de Rajoy a Bertín. El cabreo de la izquierda mediática da la medida del éxito. "Bertín se defiende solo, gasta lengua viva, genio enérgico y arrestos de capataz , y ademas la noche del miércoles lo vieron en algún momento 8,5 millones de españoles, por lo que le resbalarán las críticas y aun más los elogios. Lo siento, ha ganado ¿No es el pueblo soberano?". Chincha rabiña. Anda Pedro, que se te nota. No lo sientes ni mijita.

Temas

En España

    0
    comentarios