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Artur Mas planta a Omella en la misa de presentación del arzobispo

La primera autoridad civil presente en la celebración religiosa fue la delegada del Gobierno, María de los Llanos de Luna.

La primera autoridad civil presente en la celebración religiosa fue la delegada del Gobierno, María de los Llanos de Luna.
Juan José Omella (derecha) abraza a Renzo Fratini, nuncio de la Santa Sede. | EFE

Juan José Omella, el nuevo arzobispo de Barcelona, no ha sido recibido con agrado por el nacionalismo. Ni Mas ni ningún consejero de su gobierno han asistido a la primera misa de Omella, en el día de San Esteban, festivo en toda Cataluña. A diferencia de lo que ocurrió con la despedida del cardenal Martínez Sistach, en la que Artur Mas sí estuvo presente en la ceremonia religiosa, Omella se ha encontrado con la más que significativa ausencia del presidente de la Generalidad en funciones. Tampoco acudió la alcaldesa Ada Colau. Ya con motivo de la celebración de la Virgen de la Merced no estuvo en misa, pero saludó a las autoridades a las puertas del templo al ser la fiesta grande de Barcelona.

De tal manera que la autoridad de más rango en esta primera toma de contacto de Omella con la realidad catalana fue la delegada del Gobierno, María de los Llanos de Luna. También estaban los mandos de los cuerpos de seguridad del Estado y el teniente general Ricardo Álvarez Espejo.

Omella utilizó indistintamente el catalán y el español, pero el grueso de la homilía lo hizo en el idioma común y advirtió que la tarea de la Iglesia es incompatible con las "ideologías mundanas", una alusión implícita a la militancia nacionalista de diáconos, clérigos, religiosos y obispos catalanes.

Una foto inconveniente

En Convergencia aducen que más que un gesto de rechazo al nuevo arzobispo, Mas no ha querido ofrecer una fotografía con el clero que pudiera condicionar la asamblea de la CUP de este domingo en la que se decide su futuro político. Sin embargo, la elección de Omella por parte del papa Francisco cayó como un jarro de agua fría en los círculos católicos nacionalistas, que se han apropiado de las estructuras eclesiales en Cataluña. Desenmarañar ese tejido de complicidades políticas es una de las tareas que se ha marcado Omella.

Los únicos representantes de la Generalidad en la ceremonia fueron el director general de Asuntos Religiosos, Enric Vendrell, y el de los Mossos, Albert Batlle. El primero, sin corbata.

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