Se acabó la esperanza del último minuto. Pedro Sánchez se da de bruces contra la realidad y asume que las elecciones son el único escenario que se abre en su horizonte cercano. Así se lo trasladará mañana al rey Felipe VI. Con la satisfaccion de haberlo intentado, pero la desazón de no haberlo conseguido.
Según fuentes de su entorno cercano consultadas por Libertad Digital, el líder del PSOE "pondrá en valor ante el monarca el haber asumido esa responsabilidad de intentar desbloquear la situación política provocada por la espantada de Mariano Rajoy". Se atribuye Sánchez todo el mérito de "poner en marcha el reloj institucional" que permitirá convocar elecciones el 2 de mayo, gracias a su fracaso en la investidura.
A las 16:30 horas de este martes, después del turno matinal con Pablo Iglesias y Albert Rivera y antes de verse con Mariano Rajoy, el monarca escuchará también cómo Pedro Sánchez saca pecho de su acuerdo firmado con Ciudadanos que, a juicio del PSOE, daba voz al mandato en las urnas de 15 millones de españoles". Lo que no pudo ser, creen en Ferraz, por culpa de Podemos y el PP, que va a constituir el principal lema de la campaña socialista: "el único voto que garantiza el cambio es el PSOE". Porque frente a la pinza PP/Podemos, "el PSOE ha sido partido capaz de llegar a acuerdos que priorizan el interés general por encima de los intereses personales y partidistas".
Con el jarro de agua fría aún reciente, los socialistas intentan ver el lado positivo de acudir nuevamente a las urnas aportando un mensaje de confianza: "el 26 de junio es una nueva oportunidad para votar que fortalece al país y las instituciones. Pedro está seguro de que España reforzará su voluntad firme de cambio", explican desde su equipo.
Se acerca un tsunami
Así las cosas, la dirección federal navega ya rumbo a unas elecciones intentando obviar los nubarrones que se ciernen sobre el buque socialista y que exdirigentes de renombre auguran se convertirá en un auténtico tsunami. "Estamos muy preocupados. Diga lo que diga la dirección, el sorpasso de Podemos es posible", dicen en conversación con este diario.
Confían en el "desgaste de Pablo Iglesias" pero temen el "efecto arrastre de Alberto Garzón" y el efecto multiplicador que puedan protagonizar ambas fuerzas. Entre los cargos medios y bajos del PSOE se da por hecho "el enorme riesgo" que unas elecciones suponen para un partido socialista que "no ha conseguido remontar en ninguna encuesta" pese a haber liderado la iniciativa política estos últimos cuatro meses.
Es más, temen un efecto boomerang: que los votantes, lejos de premiar a quien ha asumido la responsabilidad de intentar evitar las elecciones, "penalicen al PSOE por haberle engañado con una ficción. Es un salto sin red", suspiran con desaliento en el partido que hoy lidera a la izquierda.