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El juez deja en libertad a Granados tras dos años y medio en prisión

Granados ha reunido la fianza de 400.000 euros impuesta para salir de la cárcel.

957 días después, Francisco Granados está en la calle. Ha llovido desde que el 31 de octubre de 2014 estallara la Operación Púnica con más de medio centenar de detenciones. Después de la confesión de su antiguo socio David Marjaliza, el exsecretario general del PP de Madrid quedó como el único sospechoso de la trama encarcelado. La libertad provisional le ha costado tres peticiones formales al juez Eloy Velasco y, finalmente, el depósito de una fianza de 400.000 euros.

El magistrado ha acordado la libertad provisional del exconsejero madrileño de Presidencia una vez constatada la suficiencia de la caución. El auto explica que se ha constituido con una finca situada en Valdemoro (Madrid) propiedad de sus cuñados Serafín González y María del Mar Alarcón –tasada en 304.265 euros–; y otra de su madre en la misma localidad valorada en 523.898 euros. Velasco impone como medidas cautelares las comparecencias los días 1 y 15 de cada mes, facilitar un teléfono donde pueda ser localizado y un correo electrónico, fijación de domicilio y prohibición de salida del territorio sin autorización judicial.

"No sé si existe la Púnica"

El momento se ha producido a las 15.35H. Granados abandonaba la prisión con gesto animado. De hecho, ha dedicado sus primeras palabras a disculparse ante la prensa por la tardanza en salir y a agradecer el trato a su entorno en estos dos años y medio. Si algo ha trascendido por medio de sus distintos abogados es que el expolítico ha vivido este periodo con entereza, que ha configurado grandes amistades entre otros presos y funcionarios y que no atacará al Partido Popular, aunque se sienta abandonado por ellos: "Eso de tirar de la manta es para otro tipo de individuos", explicó su actual letrado Carlos García de Ceca.

Sí cargará contra los informes que le atribuyen los delitos de blanqueo de capitales, pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, cohecho, malversación, prevaricación y fraude como supuesto cabecilla de la Operación Púnica: "Iré demostrando su falsedad y su inconcreción uno por uno. Como es lógico también pediré responsabilidades a los funcionarios que los hayan firmado, sean de la UCO, sean de la Fiscalía o sean de quien sean". Granados ha añadido que su amor y respeto por la Guardia Civil están "acreditados", pero "eso es una cosa y otra cosa son personas concretas con nombres y apellidos que, como digo, han elaborado informes".

Según Granados, "ahora empieza el calvario para explicar punto por punto algo que se llama la trama Púnica y que yo no sé si existe. No formo parte de eso".

García de Ceca ha reiterado que su cliente posee una "estructura moral, muy distinta de la de los demás humanos," que le ha permitido "aguantar en unas condiciones bastante buenas". El abogado cree que Granados ha sido "bueno" y ha esgrimido como prueba el hecho de que cuando los funcionarios conocieron que iba a ser puesto en libertad "alguno hasta lloró".

Dedicado "al interés general"

Desde el Juzgado Central de Instrucción nº6 de la Audiencia Nacional, Velasco modificó la situación de Granados en la recta final de la investigación a la vista de los últimos registros realizados en la causa en relación con Arpegio-Prisma, lo que disminuye el riesgo de que pueda influir en la destrucción y desaparición de pruebas, teniendo en cuenta también que ya se han levantado el secreto que pesaba sobre diversas piezas separadas antes declaradas secretas.

A juicio del magistrado, ha disminuido el riesgo de fuga ante el hecho del tiempo transcurrido, al tiempo que considera positivo que Granados pueda acudir "en otras condiciones" al primer juicio oral de esta causa relativo al chivatazo que le dio el guardia civil José Manuel Rodríguez Talamino, que ha sido fijado para el 14 de noviembre y en el que se enfrentará a una petición de tres años de cárcel.

Granados permanecerá con su familia, especialmente con su madre, su mujer y sus dos hijas. También preparará su estrategia de defensa que desplegó ya en su primera comparecencia voluntaria ante el juez. Entonces admitió que el millón de euros que fue hallado en un altillo de la casa de sus suegros procedía de la cuenta que tenía en Suiza. Aunque sostuvo que no reconocía al "personaje" que se dibujaba en el sumario de Púnica: "Ese no soy, yo no me he dedicado a eso nunca, me he dedicado al interés general, a ayudar a la gente. No me he enriquecido con la política y sería incapaz de amenazar o extorsionar a nadie".

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