La sorpresa ha sido mayúscula. No tanto por la "esperada" reacción de ERC y Amaiur a la declaración institucional de Adolfo Suárez, que gracias a su veto no ha podido salir adelante, sino por las palabras posteriores del presidente del Congreso, Jesús Posada, sobre ambos partidos del grupo Mixto.
"A veces no es posible el consenso. El que no opina como nosotros no es porque sea malo ni porque no quiera a España, no, sino porque tiene otras fórmulas para hacer lo mismo que nosotros pero de otra forma".
En lugar de criticar el veto de ambos integrantes del grupo Mixto, Posada abogó por recordar el espíritu de la Transición, con esta particular lectura: "Si ese espíritu de Adolfo Suárez sirviera para que todos miraran al adversario como una persona que opina distinto pero no como un enemigo habríamos dado un paso muy grande hacia adelante".
En el patio del Congreso, su presidente explicó que "las declaraciones institucionales exigen unanimidad. No ha sido así porque se ha negado el portavoz del grupo mixto. Yo, como presidente del Congreso, he aprovechado para hacer un elogio, que no es una declaración institucional y pedir luego un minuto de silencio en la cámara". Pero reconoció estar "apenado" porque "me hubiera gustado que fuera una declaración de todo el Congreso".
Cabreo en el PP
Un criterio muy distinto al manifestado por la dirección del grupo popular a Libertad Digital cuyo mayúsculo enfado se percibía en estas palabras: "Ha quedado claro lo que son éstos hijos de puta. Yo, sinceramente, prefiero que no haya consenso. Consenso, ¿de qué? ¿con la ETA?". Y añadían: "es que estamos en el heidianismo de que vamos todos juntos de la mano por la pradera, pero quieren alabar la figura de Suárez y al mismo tiempo cargarse su legado, su labor".
Bosch, contra la Transición
Desde ERC, su portavoz parlamentario, Alfred Bosch, explicó también en los pasillos del Congreso que "no hemos podido dar apoyo a esta resolución porque nuestra propuesta era ofrecer el pésame a la familia y una consideración neutra sobre el papel histórico a Adolfo Suárez". Sus principales escollos, explicó Bosch, era "que se citaban elogios a la Monarguía española y se mencionaba que todas las fuerzas democráticas participaron en una transición modélica. Para nosotros, que ni fuimos legalizados y Esquerra no pudo concurrir a las elecciones de 1977, ésta no fué una Transición impecablemente democrática".
Algo desmentido tajantemente por fuentes parlamentarias participantes en la negociación del texto que relatan a este diario como la propuesta final "era un texto claramente edulcorado en el que prácticamente nos limitábamos a una esquela de un periódico".