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Pedro Sánchez se aferra a Bárcenas y liga el futuro de Rajoy al de Ana Mato

En su estreno en el debate de la Nación, rompe el pacto de no agresión y se salta las líneas rojas: "ustedes no tienen vergüenza".

En su estreno en el debate de la Nación, rompe el pacto de no agresión y se salta las líneas rojas: "ustedes no tienen vergüenza".
Pedro Sánchez, en el debate | EFE

Un bronco duelo parlamentario. El que quería o necesitaba Pedro Sánchez para insuflar ánimos en una bancada socialista malherida tras las últimas semanas de ignorancia de Susana Díaz, crisis en el PSM, imputación a Chaves y Griñán y rectificaciones constantes de su dirección. El primer y quizás el último Debate del estado de la Nación entre Rajoy y Sánchez distó mucho de las balas de fogeo y los pactos de no agresión que acostumbraba su predecesor Alfredo Pérez Rubalcaba.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, comenzó por la economía, aunque duró poco. "¿Usted qué sabe de los españoles?", preguntó al presidente del Gobierno, "¿qué cafeterías ustedes frecuentan, ¿por qué calles pasean? ¿con qué españoles hablan?", interpelaba cuestionando la salida de la crisis que 'ya se respira en las cafeterías españolas, en palabras de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

Motivo de ese "triunfalismo" gubernamental fue su siguiente invitación a que "pise la calle, señor Rajoy. Hable con los parados, con las mujeres, con los interinos... ¡salga del plasma! Verá cómo se le complica la cosa si usted les sigue diciendo que la crisis es historia".

El secretario general del PSOE calificó de "gran fraude" las políticas del Ejecutivo de Rajoy y ha continuó con las preguntas: "¿Qué fue de la promesa del Gobierno de crear tres millones de empleos menos?". Pero acto seguido, "con un millón cuatrocientos mil parados más", arremetió diciéndole: "¡y tiene usted la desfachatez de venir aquí y prometer otros tres millones!".

Pero el momento cumbre fue al sumarse a la ofensiva de Ciudadanos al afirmar, sacando una a una las portadas de medios nacionales e internacionales, que informaban del rescate bancario. "Portada del diario EL PAÍS: 'rescate a España'... portada de La Vanguardia: 'rescate sin humillación'... portada del Finantial Times... rescue en inglés, señor rajoy, es rescate", dijo provocando la ovación de su bancada y las protestas de la contraria, a quienes reprochó el presidente del Congreso, Jesús Posada, y a quienes pidió Sánchez: "tranquilos, no se pongan nerviosos".

"¿Quien miente señor Rajoy? Miente usted. Hubo rescate con todas las condiciones. Hombres de negro y memorándum. ¿Y todo para qué? Para salvar al soldado Rato... Digo la verdad aunque duela".

Los martillazos del PC de Bárcenas

Pero no la economía no fue más que una anécdota en comparación a lo que siguió después. La corrupción, a la que se aferró Pedro Sánchez, como si para él no hubiera otro mañana, y la que monopolizó el debate más bronco que se recuerda de cuantos ha protagonizado el foco bipartidista PP/PSOE. Sánchez, que parecía saltarse una línea roja, mentaba la bicha: el ex tesorero del PP, Luis Bárcenas.

Primero, al denunciar el balance de su gestión "es precariedad, deuda y Bárcenas... ése es su balance". Y la segunda, al resumir su regeneración democrática de esta forma: "su regeneración democrática es el estatuto de Castilla La-Mancha, poner de presidente de TVE al de Telemadrid, airear los datos del paro cuando le conviene o, ¡golpear a martillazos el ordenador de Bárcenas en la sede del PP! ¡Menuda regeneración democrática!".

Alzaba la voz y entraba a la yugular de un caso de corrupción que solían aparcar los mayoritarios en este tipo de contiendas parlamentarias, lo que provocaba el enfado del presidente Rajoy. A pesar de sus rejones, Sánchez se crecía aún más en el turno de réplica.

Bronca réplica

En su segunda intervención, el líder del PSOE encendió a los suyos, provocando largas y constantes aplausos de su bancada e interrupciones de la contraria, pero la gota que colmaba el vaso de la paciencia popular era ésta: "ustedes no tienen vergüenza". Recordó a Rajoy que "en este año han caído dos de sus ministros". Referencia a Alberto Ruiz Gallardón y Ana Mato y recordatorio de "no fue Gallardón quien aprobó el anteproyecto del aborto" sino "usted mismo. Y no fue Mato quien nombró a Bárcenas. Fue usted. A ella le pagaron los viajes, pero a usted le pagaron la reforma en B de la sede del PP".

Y se atrevió aún más al hacerse otra pregunta: "¿cómo puede mirar por encima del hombro a la oposición?" si es "incapaz, señor Rajoy de ver su propia realidad". Sobre la referencia al debilitado liderazgo de Sánchez por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, Sánchez denunció que "habla usted de mi compañera porque va a ser la próxima ganadora de las elecciones del 22 de marzo. Y yo, para replicarle, debería de hacer alguna mención de su candidato... pero a duras penas conozco su nombre, supongo que como el resto de los ciudadanos andaluces".

Denunció además el "humor negro delirante" de Rajoy al reprocharle los casos de corrupción en Andalucía y le espetó, incrédulo: "¿Usted me echa en cara a mí casos de corrupción? Señor Rajoy, lecciones de usted, ninguna . Yo soy un político limpio". Sentencia que contrapuso a un caso Bárcenas que fue nombrado y ascendido por Mariano Rajoy. "Compraba las sedes del PP, pagaba los sobre sueldos.... dicen, ¡que en cajas de puros! Usted confiaba tanto en Bárcenas que le ascendió de gerente a tesorero... ¡usted jamas será creíble en la lucha de la corrupción porque su nombre está ligado a Bárcenas".

Rajoy "ha perdido los papeles"

Terminada la contienda, la expectación era mayúscula en los pasillos. nunca antes, en un debate semejante, se había llamado patético al líder de la oposición. "Todo lo que tenía que decir ya lo he dicho dentro", decía Pedro Sánchez que no hacía uso del turno de dúplica, como le permite el reglamento del Congreso. "Se ha quedado descolocado y ha sido un gran error", decían los críticos. "Por respeto a los casi siete millones de votantes y a un partido con 135 años de historia, tenía que haber cogido el micrófono y haberle dicho 'ése es un comportamiento indigno de un presidente de todos los españoles'".

Sin embargo, la crítica de personas relevantes no era representativa de una bancada que muy mayoritariamente percibe la "perdida de papeles de Rajoy" como un éxito de Pedro Sánchez que jamás consiguió Rubalcaba. "Bronco ha sido Rajoy, que estaba nervioso porque sabía que estaba perdiendo", dijo César Luena a su salida del pleno. "Ha perdido los nervios, ha perdido los papeles. Ése no es el estilo que debe tener el presidente del Gobierno. El patético ha sido él", añadía el oficialista Pedro Saura. Y remataba el castellano manchego, Emiliano García Page: "La soberbia es un castigo de los dioses para los humanos".

La parroquia socialista está por tanto "muy contenta" con un debate en el que, recuerdan, "se está estrenando. ¡Verás cuando lleve ocho como Rajoy!", pero sí hubo voces que criticaron "el error imperdonable" de "llevar la réplica escrita, poniéndoselo en bandeja a Rajoy". Voces minoritarias y críticas, pero representativas del sentir de una bancada que se siente triunfalista porque "el error de Rajoy ha sido el triunfo de Pedro".

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