Albert Rivera ha cerrado el séptimo día de campaña electoral en Alcalá de Henares, donde ha tratado de ahuyentar los temores sobre Ciudadanos explotados por sus rivales. El primero el de no tener equipo, "lo veréis después del 24-M", y el segundo, aunque en una alusión más velada, el referente a sus palabras sobre que son los nacidos en democracia, como él, los encargados de la regeneración. Rivera ha abogado por una "nueva transición ciudadana" y ha aludido al relevo generacional en la jefatura del Estado y en algunas empresas importantes de España. Nada que permita excluir a generaciones anteriores del cambio que propugna el lema electoral de su partido.
En un feudo del PP como la Comunidad de Madrid, Rivera y su candidato autonómico, Ignacio Aguado, han lamentado que los populares consideren "chantajes" sus propuestas. "Pues tenemos doscientos chantajes" ha desafiado el líder madrileño, respaldado luego por su presidente: "Se habla incluso de empate técnico, si quedásemos nosotros por delante supongo que lo que ellos propusiesen para pactar no sería considerado un chantaje".
El cuerpo a cuerpo con el PP ha sido constante en las dos intervenciones, a cuenta de varias cuestiones. Entre ellas la de una recuperación económica que Ciudadanos no cree tal pues, en palabras de Aguado, "hace ocho años ser mileurista era una vergüenza, hoy es un orgullo". También en lo referente a las primarias que Ciudadanos pretende establecer por Ley, que Rivera ha defendido con ardor aludiendo a su vivencia en EEUU: "Les aseguro que ahí votan". Sin embargo, tras amagar con una respuesta contundente a José María Aznar, aludido como "ese que se inventó que España va bien" Rivera no ha rematado el golpe, dejándolo en una vaga alusión.
Abría el acto el candidato a la alcaldía de Alcalá, Miguel Ángel Lezcano, quien transmitía a los presentes el saludo de la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, a quien "otro compromiso" le impedía respaldar con su presencia a Ciudadanos.