Que Bashar Al Asad no puede continuar más en el cargo es una máxima que suscriben la mayor parte de los países y responsables políticos, salvo deshonrosas excepciones. Pero, como suele ocurrir, de la declaración grandilocuente a llevar a cabo iniciativas en esa dirección, existe un gran trecho que ningún país quiere recorrer sólo. Y no es diferente en el caso de España.
Este lunes, el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha mantenido un encuentro con una delegación del Consejo Nacional Sirio (CNS), que intenta agrupar a la oposición en el exilio. Encabezada por Abdul Baset Seida, visitarán a los mandatarios de varios países europeos en busca de dos cosas: reconocimiento internacional e inversiones económicas en ayuda humanitaria para el pueblo sirio. A esta petición, además, han añadido una tercera: las armas.
La primera de ellas se antoja más complicada, dada la enorme fragmentación existente dentro de la oposición a Bassar Al Asad. El CNS representa la lucha formal fuera de las fronteras sirias, aglutinando a diversas organizaciones y con mayor repercusión internacional. Pero están lejos del terreno, de las matanzas diarias y del campo de batalla. Allí, quien verdaderamente continúa prestando servicio a la población civil, es el Ejército Libre Sirio (ELS), los rebeldes.
Por ello, en rueda de prensa en la Casa Árabe tras la reunión con Seisda, García-Margallo ha apelado a la unión de "las fuerza democráticas sirias", condición obligada para que España le reconozca como interlocutor "único y legítimo" en el conflicto. En esta misma postura se han situado países como Francia, y con total seguridad se unirá Alemania. El responsable de la diplomacia española ha fijado tres condiciones para validar la interlocución: el consejo "debe ser inclusivo, representar los derechos y libertades básicas, y respetar a las minorías religiosas", señaló. De ser así, nuestro país se ofrece para abogar en su favor en el seno de la Unión Europea.
En respuesta a la exigencia, Abdul Baset remitió a la reunión que la oposición mantendrá la próxima semana, con la intención de integrar a "los movimientos juveniles y de la sociedad civil. Se compone de árabes y kurdos y asirios, musulmanes, cristianos, drusos, ismaelitas y alauitas, también de la declaración de Damasco, personalidades importantes", explicó.
Aportación económica y armas
Así como el reconocimiento internacional aún tendrá que esperar, las peticiones económicas de la delegación siria sí ha encontrado una respuesta satisfactoria. El ministro confirmó que "a pesar de las restricciones", España enviará otros 400.000 euros en ayuda humanitaria a los rebeldes. "He prometido al presidente que haremos todos los esfuerzos por el pueblo sirio, que está sufriendo una carnicería como hace tiempo no se recordaba", recalcó.
Y es que, en este año de conflicto, más de tres millones de personas han sido desplazadas en siria, hay 250.000 refugiados en el exterior y los muertos ya superan los 30.000. Los heridos y desaparecidos son incontables, según las cifras que maneja tanto la oposición con las Naciones Unidas.
Abdul Baset Seida se ha mostrado agradecido tanto por las aportaciones económicas, como por las enseñanzas que España ha podido brindarle "como país que ha atravesado una transición democrática". Pero el presidente del CNS estima que no es suficiente con proteger a los refugiados, y que, tras un año, es el momento de pasar a la acción.
Por ello, ha solicitado a todos los países europeos elevar el nivel de compromiso con la oposición siria: "Decimos claramente que solicitamos una intervención militar para proteger a los civiles sirios que están sujetos al asesinato cada hora", señaló. Además, solicitó a los países europeos que envíen armas a los rebeldes, porque, según dijo: "Tenemos que proveer de todos los medios al pueblo sirio que permita defenderlos contra la artillería de los vehículos blindados y los aviones", indicó.
El presidente del CNS solicitó formalmente a García-Margallo que urja a la Unión Europea a moverse a favor de Siria "al margen del Consejo de Seguridad de la ONU. La Unión Europea tiene experiencia en hacerlo, como se hizo en Kosovo", señaló, como un subterfugio para sortear el veto de China y Rusia en el Consejo de Seguridad.
Ante estas palabras, García-Margallo ha reconocido que "todas las opciones están encima de la mesa" en lo tocante a Siria, reiterando que "Bashar Al Asad no puede seguir ni un minuto más aunque sólo sea por razones humanitarias".