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'La guerra del norte': uno más de 'El Señor de los Anillos' que aporta poco

Basado en la universal obra de J.R.R. Tolkien, este juego nos vuelve a transportar a aquel universo de fantasía poblado por enanos, orcos y elfos.

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Un guerrero, una hechicero y un enano. Esa, que bien podría ser la carta de presentación de un nuevo Golden Axe o algunos de los principales integrantes de La Comunidad del Anillo, es el elenco de personajes protagonistas de La Guerra del Norte. Un videojuego de acción con tintes de rol que vuelve a llevarnos a la tierra media para hacernos partícipes de la historia contada por Tolkien desde un punto de vista menos conocido.

Lo mejor:

  • Tener la oportunidad de volver a vivir aventuras en la Tierra Media
  • Una jugabilidad directa y sin concesiones
  • Si juegas en cooperativo, la diversión se multiplica

Lo peor:

  • El componente rolero (exploración, evolución...) se queda corto
  • Puede hacerse un tanto monótono y repetitivo
  • Al llegar tan tarde aprovecha poco el tirón de las películas

Basado en la universal obra de J. R. R. Tolkien, La Guerra del Norte nos vuelve a transportar a aquel universo de fantasía poblado por enanos, orcos y elfos entre otras criaturas, para profundizar en una historia alternativa que sólo los más incondicionales fans de los libros de la tierra media conocen. La batalla librada al norte de Rivendel, donde Agandaur tiene la aviesa intención de avanzar hacia el sur para encontrarse con Sauron, arrasando a su paso toda la comarca.

Pero evidentemente, las razas que pueblan la tierra no se van a quedar de brazos cruzados, y una comunidad formada por Eradan, Farin y Andriel. Un montaraz experto en lucha con arco, un enano que prefiere las armas de combate cuerpo a cuerpo y una hechicera que hará la aventura más llevadera con sus poderes de sanación.

Juntos se abrirán paso a través de un mundo que la mayoría ya adoramos y conseguirán tenernos entretenidos durante varias horas a base de mandobles. Los encuentros con personajes más conocidos de la saga, como Arwen o Gandalf son auténticos regalos para los seguidores del anillo único.

La mecánica de juego es muy sencilla. Tanto que éste hecho se va a convertir en el mayor enemigo de la jugabilidad. Snowblind ha hecho una apuesta segura, y aquellos que tuvieran la oportunidad de disfrutar en su día con Baldur's Gate enseguida se darán cuenta de que estamos ante un juego que ni aporta nada nuevo ni tampoco lo pretende. La sensación general que nos queda es de un juego de calidad y con un cuidado por los detalles bastante reseñable, pero que va a pasar sin pena ni gloria por no haber arriesgado absolutamente nada en ninguno de sus aspectos. Los desarrolladores han ido a por el empate, y lo han conseguido.

Es una lástima que se hayan quedado tan a medio camino, porque el potencial que ofrece el juego es bastante mayor que lo que consigue, y el hecho de haberse basado en una historia de El Señor de los Anillos que se comenta de soslayo en los libros y que los que sólo han visto las películas ni siquiera conocen, deja un margen de maniobra bastante mayor de lo que han tenido cualquiera de los otros videojuegos basados en la inmortal obra literaria.

Aún así, a poco que seas fan de la novela de Tolkien, disfrutarás como un enano (o incluso como un montaraz) sintiéndote parte de la batalla que se está librando y que es el preludio a otra mayor que concluirá en las tierras de Mordor. Orcos y trolls, arañas gigantes y águilas en cuyo lomo caben nuestros tres protagonistas, mazmorras y dragones, son parte del decorado que nos vamos a encontrar en nuestro viaje al norte, y son los enemigos y aliados que tendremos que derrotar para llevar a cabo nuestra misión con éxito.

Para ello podremos hacernos con armaduras y armas nuevas a lo largo de todo el camino, bien recogiéndolas como premio después de derrotar a nuestros enemigos, bien saqueando los incontables cofres que encontraremos dispersados a lo largo de toda la aventura o comprándolas en los pocos descansos que nos ofrecerá el juego. Además, haciendo buen uso de su componente rolero, podremos mejorar cada pieza de nuestra armadura, además de cada arma que portemos, mediante gemas que aumentarán sus cualidades, o en forjas donde convertiremos nuestros atuendos en piezas capaces de soportar el ataque de los más grandes y fieros enemigos. La personalización de las ropas se ve reflejada además en los personajes, cambiando su aspecto a medida que nos ponemos unas vestimentas u otras.

El modo cooperativo es lo mejor que nos puede ofrecer La Guerra del Norte, y es la manera en la que conseguiremos divertirnos de verdad con el juego. Bien en su escaso modo online, o bien prestándole un mando a nuestro compañero de aventura, el contar con otro apoyo humano y formar una auténtica comunidad, hace que la diversión se multiplique, siendo casi indispensable probar este modo de juego para ser conscientes de lo que Snowblind nos quiso ofrecer. La parte mala de esto es que tendrás que compartir los tesoros encontrados. Si al final nos aventuramos en solitario, los dos personajes que dejemos libres serán controlados por la CPU, y aunque en teoría podemos darles órdenes sobre como comportarse, en realidad harán lo que consideren mejor en cada momento pasando olímpicamente de nuestro élfico trasero. La única utilidad real de nuestros compañeros será reanimarnos después de recibir un golpe fatal.

Su apartado técnico cumple sin pretensiones, y la música es lo suficientemente buena como para no ser molesta a pesar de estar presente durante toda la aventura. Cuenta con unos gráficos que sin ser soberbios sí son lo bastante espectaculares como para convertir nuestro paseo en un agradable ejercicio visual, con momentos en los que sí llega a sorprender.

Conclusión

Una lástima que Snowblind no haya decidido darle una vuelta de tuerca a la jugabilidad. Los jugadores más novatos van a poder hacerse con el control del juego sin ningún problema, y esto es posiblemente lo que la desarrolladora pretendía. Por contra, los jugones más avanzados van a echar de menos más tipos de combate, más componente de rol y corren el riesgo de aburrirse más rápidamente de un juego que en todo momento da la sensación de haber podido conseguir algo más. Puede que sea el mejor juego basado en el universo de El Señor de los Anillos, pero podría haber conseguido una plaza en listas mayores.

Notas
Gráficos Sin llegar a ser lo mejor que hemos visto, sí que cuenta con buenos escenarios y animaciones. Rostros demasiado hieráticos. 8
Sonido Aunque podría haber dado más de sí, la música cumple con su cometido de acompañar durante la aventura, e incluso avisar cuando las cosas se vayan a poner feas. 7
Diversión Jugando en solitario la diversión no es ni la mitad de lo que puede ofrecer en su modo cooperativo, aun así es un juego que puede llegar a enganchar lo suficiente como para que lo quieras terminar, algo que últimamente y por desgracia, no es habitual. 7
Total Podría haber sido más a poco que hubiera aportado algo de innovación o más exploración y profundidad en los personajes. El hecho de estar basado en esa maravilla literaria –con la estética y actores de las pelis– salva un poco los muebles de un juego, que de otra forma, se habría quedado sin remedio en las estanterías de las tiendas. 8

Desarrollado por Snowblind y editado por Warner, El Señor de los Anillos: la Guerra del Norte ya está disponible para Xbox 360 (61,50 euros), PlayStation 3 (61,50 euros) y PC (51 euros).

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