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Berlusconi salva su Gobierno y Roma se convierte en un campo de batalla

Il Cavaliere ha conseguido salir airoso de las mociones de censura en el Senado y en el Congreso, con la ayuda de tránsfugas y bajo la sospecha de compra-venta de votos. Mientras, en las calles de Roma miles de manifestantes causaban graves disturbios, que han derivado en una batalla campal.

Silvio Berlusconi salvó su Día D. El magnate continuará siendo el presidente del Consejo después de salvar dos mociones de censura. La primera, en el Senado, era esperada porque aún conserva la mayoría pese a la escisión de Gianfranco Fini –hasta hace unos meses su máximo aliado y ahora acérrimo enemigo. En la Cámara Alta no tuvo problemas para superar la votación con una amplia mayoría (162 votos a favor, 135 en contra y 11 abstenciones).

La atención, sin embargo, estaba puesta en lo que sucediera en la Cámara de Diputados. Ahí, Il Cavaliere está en minoría después de la separación de Fini, presidente de la Cámara, de su partido El Pueblo de la Libertad. Se esperaba con mucha expectación la votación del grupo finiano, Futuro y Libertad, porque era clave para éxito de la moción de censura. Finalmente, y con el voto a favor de varios tránsfugas, Berlusconi ha salvado la votación por el estrecho margen de tres votos (314 votos en contra, 311 a favor y 2 abstenciones).

Batalla campal en Roma

Mientras se celebraban las votaciones en la Cámara de Diputados y en el Senado, miles de manifestantes, sobre todo estudiantes, reclamaban un cambio de gobierno y protestaban por la reforma de la educación. Entre los manifestantes también se encontraban afectados por el terremoto de L´Aquila, en abril de 2009, napolitanos hartos por el problema de la basura y, sobre todo, antisistema que se han integrado en esos grupos para boicotear la marcha.

Pese a que la ciudad estaba tomada por Carabinieri y las sedes del Parlamento –Montecitorio y Palacio Madama- estaban literalmente tomadas por la policía, los manifestantes han logrado llegar a las inmediaciones provocando numerosos disturbios. Cuando por megafonía se anunció la victoria de Berlusconi, las masas enloquecieron y se libró una batalla campal en el centro histórico de Roma. Incluso, se aconsejó a los senadores que no abandonaran Palacio Madama. Las peleas en Plaza Navona –donde tuvo que cerrar el mercado navideño-, Plaza Venecia y Panteón, entre otros enclaves turísticos, ha acabado con, al menos, tres policía heridos, algún periodista lastimado, decenas de manifestantes detenidos y más de 90 heridos.

Entre los grupos que han creado los disturbios se encuentran, según varias fuentes, los ‘Block-Block’, un grupo anarquista que ya creó disturbios en varias reuniones del G-8. El comienzo de las protestas, a primera hora de la mañana, tuvo lugar en la Universidad Sapienza –la que aúna más estudiantes de toda Europa- y el Coliseo. De ahí se fueron acercando a las sedes de la soberanía nacional.

El resurgir de Berlusconi

Cuando se anunciaron ambas mociones de censura, los medios italianos daban por hecho la caída del gobierno de Berlusconi debido a que su Pueblo de la Libertad no tiene mayoría simple en la Cámara Baja después de la escisión de Fini, su socio desde hace 18 años. Sin embargo, a medida que se acercaba la fecha de hoy, las dudas aumentaban mientras que las sospechas de compra-venta de votos por parte de Il Cavaliere eran portada de los diarios italianos.

Berlusconi, de 74 años, ha superado la moción en la Cámara de Diputados por un estrecho margen gracias al voto en contra de los tránsfugas Maria Grazia Siliquini, quien decidió además regresar al PDL, y Katia Polidori, finiana, cuyo voto en contra provocó una fuerte discusión en la Cámara que acabó entre golpes y gritos. Otro que votó en contra fue Antonio Razzi, ex miembro de Italia de los Valores –partido liderato por el ex magistrado Antonio Di Pietro y principal enemigo de Berlusconi.

De hecho, tras la salvación del gobierno de Berlusconi, éste abandonó el hemiciclo después de unas duras palabras de Di Pietro: "Usted se ha puesto a hacer política no para servir al país sino sólo para sus negocios personales, sobre todo las cuestiones judiciales".

Ahora, el Gobierno podrá continuar con su labor, al menos unos meses más, porque su exigua mayoría hace prácticamente ingobernable el país. Actualmente, únicamente cuenta con el apoyo incondicional de la Liga Norte, su socio de en el Gobierno. Si hubiera perdido la votación, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, tendría que haber encargado formar otro gobierno o, lo más probable, convocar elecciones anticipadas.

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