Primero.- Es mejor mantener la boca cerrada para evitar despejar toda duda.
Segundo.- La indigencia mental, a veces, se paga con la muerte.
Tercero.- Las autoridades cuando advierten del peligro lo hacen para fastidiar. Los lugareños siempre conocen mejor el terreno que las autoridades, porque ¿a saber dónde está?.
Cuarto.- El problema se plantea cuando no nos cercioramos de que el lugareño sea lugareño y dueño de la balsa, porque ¿dónde nació el lugareño?.
Quinto.- Y si el lugareño es dueño de la balsa y nació por allí, hay que mirar el punto tercero.
El patron dijo que el rio no era peligroso,que cinco minutos antes habia pasado un pato y solo le llegaba el agua por la barriga.
Claro, los de la oficina de turismo eran unos escolares cuyo interés era la seguridad de los excursionistas. Y ellos unos universitarios inconscientes, que se dejaron embaucar por el listo de turno, cuyo único interés era sacarles unos dólares. De la misma clase de inconscientes que acuden a la montaña cuando hay pronóstico de nevadas; o se meten en el mar cuando ondea una bandera roja; o encienden una cerilla junto a un depósito de combustible.
Al menos, parece que en esta ocasión no hubo que añadir ningún rescatador a la lista de víctimas.