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Los nombres propios del caso Faisán

El chivatazo a la red de extorsión de ETA puede llegar a ser uno de los mayores escándalos de la democracia.

Candidato a la presidencia del Gobierno, ministros del Interior, jueces en activo y suspendidos cautelarmente, ex directores de la Policía, altos mandos policiales, dirigentes y ex dirigentes de partidos políticos, recaudadores y terroristas de ETA... Libertad Digital recoge los nombres claves asociados al chivatazo.

Alfredo Pérez Rubalcaba. Era ministro del Interior en el momento en el que se produjo el chivatazo a ETA. Durante los cinco años que han pasado ha intentado disminuir la importancia del caso Faisán y ha llegado a declarar que nunca informó del chivatazo al presidente del Gobierno. En la actualidad, es el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales, después de abandonar por iniciativa propia hace unas semanas el ministerio.

Antonio Camacho. Era secretario de Estado de Seguridad y número dos de Rubalcaba. La investigación policial le incluye en tres de las l17 llamadas clave del chivatazo a ETA. Esas llamadas tenía como interlocutor al director de la Policía. Él mismo llamó a García Hidalgo a un teléfono no oficial que se había dado como salvoconducto a uno de los etarras que negociaba con el Gobierno, Juan Carlos Iurrebaso. Desde una semana es el nuevo ministro del Interior.

 

Víctor García Hidalgo. Era el director general de la Policía Nacional cuando se produjo el chivatazo. Actualmente es el secretario de Organización del PSE de Álava. En las investigaciones aparece como la persona que ordenó el soplo a la banda terrorista. Está procesado por los delitos de revelación de secretos y encubrimiento o colaboración con ETA.

 

Enrique Pamiés. Jefe Superior de la Policía del País Vasco. Ascendió a Comisario en el año 2004. Fue destinado como Jefe Provincial de la Comisaría de Vitoria. Desde su ingreso en la Policía en 1980 ha realizado toda su carrera profesional en el País Vasco. Las investigaciones dicen que fue quien habló con Joseba Elosúa, dueño del bar Faisán, con un teléfono que le había facilitado José María Ballesteros. Está procesado por los delitos de revelación de secretos y encubrimiento o colaboración con ETA.

 

José María Ballesteros. Inspector de la Policía Nacional destinado en Álava, era el hombre de máxima confianza del jefe superior de la Policía del País Vasco, Enrique Pamiés. Habría entrega a Joseba Elosúa el teléfono en el que un interlocutor le dio el chivatazo. Está procesado por los delitos de revelación de secretos y encubrimiento o colaboración con ETA.

Carlos Germán. Es el responsable del equipo de investigación del chivatazo, encargo que le hizo el juez Grande Marlaska. Uno de los nombres más comprometidos del caso, en su informe situó como responsables del soplo a Víctor García Hidalgo, Enrique Pamiés y José María Ballesteros. Las defensas de los dos policías le acusan de manipular la investigación y de estar detrás del chivatazo.

 

Fernando Grande Marlaska. Era el juez que coordinaba la operación contra la red de extorsión de ETA y, por tanto, el encargado de investigar el chivatazo a ETA. Estaba sustituyendo temporalmente al juez Garzón en el Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional, por lo que tuvo que dejar la investigación en manos de este cuando regreso de su excedencia temporal. Actualmente en el titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional.

 

Baltasar Garzón. Cogió las pesquisas realizadas por Marlaska cuando le sustituyó. Apartó a la Guardia Civil de la investigación y se la entregó a Carlos Germán. Tras esto, dejó el caso en su cajón durante tres años en su cajón. Actualmente se encuentra suspendido cautelarmente de sus funciones en España y está en Colombia como asesor externo de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP) de la Organización de Estados Americanos (OEA)

 

Pablo Ruz. Tras la suspensión cautelar de Baltasar Garzón, fue el encargado de hacerse cargo del sumario del chivatazo a ETA. Ha sido el que ha impulsado la investigación en el último año y pidió que se produjeran nuevas diligencias para esclarecer el caso. Hace una semana procesó a Víctor García Hidalgo, Enrique Pamiés y José María Ballesteros por los delitos de revelación de secretos y encubrimiento o colaboración con ETA.

 

Joseba Elosua. Es el dueño del bar Faisán, situado en la frontera entre Irún y Behobie. Fue detenido y puesto en libertad por Garzón. Era el intermediario clave a través del cual llegaba el dinero de la extorsión hasta las arcas de ETA. Fue quien recibió el chivatazo que alertaba de una inminente operación policial a través de un teléfono móvil que le entregó un policía. Se encuentra en libertad bajo fianza por la causa contra la red de extorsión de ETA.

 

Gorka Aguirre. Sobrino del lehendakari Aguirre, era miembro de la Ejecutiva del PNV. Era el encargado dentro del partido de hacer gestiones relacionadas con la extorsión a empresarios afines. El día del chivatazo iba a participar en el encuentro que iban a mantener, entre otros, Joseba Elosúa y José Antonio Cau. Una de las hipótesis que existe es que el chivatazo se perpetró para que la Policía no detuviese a Aguirre el mismo día que Zapatero e Imaz se iban a reunir en La Moncloa con la negociación Gobierno-ETA como tema central. Falleció en 2009.

José Antonio Cau Aldalur. Etarra cuya residencia estaba fijada en los alrededores de Bayona (Francia). Dentro del organigrama de la banda, era uno de los encargados de cobrar la extorsión a la que ETA somete a buena parte de la clase empresarial vasca y navarra. Era la persona con la que contactaba Elosúa para hacer efectivos los pagos de las extorsiones y con la que se iba a reunir el día del chivatazo para entregarle dinero procedente de la extorsión. Actualmente se encuentra en una prisión francesa a espera de juicio.

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