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En Gerona

Psicosis en PxC, el partido xenófobo catalán, por la dimisión de otro edil, cuyo novio es dominicano

  Los críticos de Anglada hablan de "caza de brujas" contra los "infiltrados".

 

En menos de 24 horas, Carles Bonet, número 1 de la formación xenófoba Plataforma per Catalunya en la localidad gerundense de Salt (con un 40 por ciento de población inmigrante) ha pasado de justificar las presiones contra una compañera de partido porque su pareja es de Camerún a presentar su propia dimisión por razones de conciencia.

El primer capítulo de esta historia lo escribe Joana Martínez, tercera en Salt y a la sazón concejal de la lista del partido creado por el ultraderechista Josep Anglada. La edil denunció que le habían obligado a dejar el partido por motivos racistas, dada su relación con un camerunés. Inmediatamente, el ahora disidente Bonet salió al paso de esta acusación y "aclaró" que la pareja de Martínez carecía de papeles, lo que resultaba contradictorio con las tesis del partido sobre la inmigración ilegal. Al tiempo, el novio de Joana Martínez, a quien ella llama su "marido" pese a no estar casados, mostraba ante las cámaras de la televisión autonómica catalana una documentación aparentemente en regla.

Sea como fuere, el encargado de justificar las medidas disciplinarias contra Martínez, iba a dar un giro radical a su discurso al anunciar que abandonaba el partido ya que había detectado una cierta infiltración de una ideología "nazi". "me voy antes de que me echen", afirmó también Bonet, cuyas circunstancias personales tampoco encajan con la ortodoxia impuesta por Anglada, a quien acusan de dirigir el partido como si fuera una secta. La cuestión es que Bonet es homosexual y su novio, dominicano, circunstancias que tras el éxito electoral de la Plataforma de Anglada en las municipales de Cataluña adquieren otra relevancia, según los teóricos de Anglada.

En 2003, el partido tan sólo tenía cuatro concejales en toda Cataluña, en Vic, Manlleu, Cervera y El Vendrell. En aquellos años la militancia era escasa. Ocho después, PxC (como les gusta escribir) tiene, 66.000 votos, 67 concejales y es clave en algunos pueblos, pese al bloqueo del resto de los partidos. En este contexto, lo que antes se toleraba por la escasez de efectivos es visto ahora como causa de incompatibilidad. La dimisión de Bonet ha generado una situación de psicosis en la cúpula del partido, que se pregunta cuál será el próximo "escándalo". Se habla incluso de "caza de brujas" contra los "infiltrados", denuncian los críticos de Anglada, a quien reprochan que no ceda en su discurso de máximos.

Martínez y Bonet (que ya en uno de los primeros plenos se mostró tibio a decir de los ex suyos con el expediente para abrir una mezquita) han decidido no renunciar a sus actas de concejal, de modo que el partido de Anglada -que quiere presentarse a las generales por Barcelona- se queda con una sola edil en Salt, al menos de momento.

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