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Rajoy, a Amaiur: "Los españoles no les debemos nada, somos acreedores"

Rajoy no aceptó lecciones de quien no condena a ETA. De quien "no debería" estar en las Cortes. Le bastó citar a las víctimas para desmontar a Amaiur.

Mariano Rajoy dio la puntilla a su puesta de largo como sexto presidente de la nación con una respuesta contundente, demoledora, a los voceros de ETA en el Congreso de los Diputados. "Yo a ustedes no les debo absolutamente nada, ni yo, ni la sociedad española, que es la acreedora", sentenció, a modo de resumen. Su apoyo táctico fue Alfonso Alonso, que les pidió, sin éxito, que condenaran el terrorismo.

Fue, sin duda, su intervención más intensa emocionalmente de estos dos días de debate, y que recibió la más larga de las ovaciones por parte de su bancada. Después de que "quienes jamás deberían haber entrado" en las Cortes -en voz de un alto cargo popular- hicieran sus habituales reivindicaciones, Rajoy no necesitó mucho tiempo para desmontar los argumentos de Amaiur.

"Soy muy consciente de la situación que estamos viviendo", arrancó. Y recordó dos momentos, para refrescar la memoria: los cierres de las campañas electorales de 2004 y 2008. Entonces, dos atentados terroristas -el del 11-M, aún sin cerrar, y el del socialista Isaías Carrasco- privaron a los españoles de libertad. "¡Y ahora nos vienen a dar lecciones; lecciones de democracia, las justas!", se quejó, emocionado, un histórico diputado popular.

Volviendo al orador principal, Rajoy, en un tono más serio que solemne, también sacó a colación sus años como ministro del Interior, cuando "tuve que ir a muchos funerales, estar con muchas familias destrozadas. Gentes que no ha hecho absolutamente nada" y que vieron coartadas "su vida, su libertad sus derechos individuales". Un reguero de hechos, para insistir: "Soy consciente de lo que pasa y de lo que ha pasado en los últimos tiempos", lo que le valió para otro cerrado aplauso, que ya se repetiría cada pocos segundos.

El presidente del PP reconoció "los votos" de Amaiur e, incluso, destacó que "todas las ideas son defendibles". "Usted ha dicho lo que ha considerado oportuno y conveniente", le espetó a Ikaki Antigüedad, pero "lo que no es defendible son los métodos no democráticos", enfatizó, dejando clara su no condena del terrorismo. El portavoz de Amaiur le dijo entonces que será perseverante, pero Rajoy se la devolvió con maestría: "Sea perseverante con un objetivo, que ETA se disuelva. Ése es el mejor ejercicio de perseverancia que usted podría hacer".

Frente a las reclamaciones del mundo de ETA, su política: "Democracia y Ley", y por ello lo único que espera de la banda terrorista es su "disolución irreversible. Ése es el paso que hay que dar". Un paso que "garantice a todos los españoles que no hay chantaje, ni amenazas, que eso se acabó". "Leyes, reglamentos y decretos", tradujo un Rajoy venido arriba; que hacía meses que no entonaba un discurso tan convincente en esta materia.

Lo que el inminente jefe del Ejecutivo dejó claro es que no acepta lecciones de nadie en este sentido, y ni mucho menos del brazo político de ETA. Y de ahí que no contestara a nada de lo que le planteó Antigüedad: ni al acercamiento de presos, ni a reconocer más víctimas de las que son ni tampoco a ver al País Vasco como nación. "Nada que añadir a lo dicho por Rajoy", resumió un convencido Ignacio Cosidó.

Su primera mención a ETA llegó ya en la respuesta a Josu Erkoreka, del PNV. Su tono entonces fue mucho más distendido, poniendo como base que está dispuesto a hablar con esta formación, dentro "de la legalidad". Ahora bien, tampoco se dejó enmarañar en relación al debate penitenciario: "Libertad y derechos individuales", extremos que siempre lleva por bandera.

Rajoy sí que intentó un guiño con los nacionalistas vascos –socios preferentes- al recordar que tachó de "buena noticia" el anuncio de ETA de la disolución, pese a que "hubo gente que me lo reprochó", en referencia a ese sector del partido y mediático que le instó a más contundencia.

Pero, hecha la mención, su discurso se revistió de la firmeza de alguien que no va a dar el brazo a torcer, con las víctimas del terrorismo como prioridad. "Siempre en la memoria", enfatizó. "Sólo hay unas, esto no ha sido una guerra y jamás lo será", se encargaron de recordar desde el Grupo Popular. "¿Qué les decimos a los afectados", le dijo expresamente Rajoy a Antigüedad.

En este sentido, el ya presidente oficialmente encontró un aliado perfecto en su nuevo portavoz, de origen vasco, y que defendió decir las cosas claras, pese a que eso supusiera dar protagonismo a Amaiur. "Les queda un largo camino por recorrer para tener una verdadera actitud democrática", ya que "¡hoy no han condenado a ETA!", exclamó, recibiendo el reconocimiento de una bancada que ya empieza a ganarse.

Las felicitaciones no se hicieron esperar. Las primeras, ya en la víspera, de Ángeles Pedraza -presidenta de la AVT-, para agradecer a Rajoy que sus primeras palabras fueran en referencia a las víctimas. Los sectores más reacios al perfil de Rajoy sobre ETA también se quitaron el sombrero: "Sin el lastre de lo que digan los estudios sociológicos, sacó ese perfil que algunos habíamos olvidado"; el de un hombre que también fue ministro del Interior, y que mejor que nadie sabe lo que es ETA y cómo hay que combatirla.

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