Alberto Ruiz Gallardón sí pone la mano en el fuego por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. En una entrevista en ABC, el regidor se quita la careta. Preguntado por si cree que nos encontramos en un segundo tiempo de la negociación con ETA, como así apunta su colega de partido Jaime Mayor Oreja, el alcalde responde: "Rubalcaba ha negado siempre la negociación. Y ha negado siempre que el error que se cometió en un pasado reciente se vaya a volver a producir".
Por ello, continúa el dirigente del PP, "yo a Rubalcaba le creo. Lo que espero es que su palabra, que no tengo ninguna duda que obedece a su pensamiento, sea siempre mayoritaria en el Ejecutivo".
La periodista Sara Medialdea insiste: "pero ¿la política de beneficios penitenciarios le parece una buena vía?". A lo que Gallardón replica: "no me gustaría abrir un debate sobre lo particular sino sobre lo general, y lo general significa que no puede haber ningún tipo de negociación con ETA".
Rubalcaba no es el único dirigente socialista al que el alcalde muestra su cariño. De la que podría convertirse en rival de Esperanza Aguirre, Trinidad Jiménez, asegura que "en el personal" no tiene más que "sensación de afecto hacia una persona con la que además comparto vínculos familiares, y con la que he tenido la ocasión de medirme en una campaña electoral, en la que siempre fue elegante".
Incluso tiene buenas palabras sobre Jaime Lissavetzky, el posible candidato del PSOE a la Alcaldía de Madrid. "Tengo una muy buena opinión de él. Le he conocido teniéndole en frente, cuando él se quedó como portavoz del PSOE en la Comunidad. Y luego le he tenido al lado, porque ha participado de una forma muy importante en el proyecto olímpico", asevera.
Buenas palabras que no hace extensible a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Sobre Aguirre, dice que "no hace falta que los dirigentes políticos sean amigos; lo importante es que cumplan sus obligaciones con respecto a sus ciudadanos".