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Un forense turco dice que el general Navarro "olía a alcohol"

El Tribunal ha admitido que declaren como testigos los dos forenses turcos Bülent Sam y Ömer Müslümanoglu, que participaron en la identificación de los militares fallecidos en el accidente del Yak-42, en el juicio por el escándalo de las identificaciones falsas.

LD (EFE) El forense turco Bülent Sam, que dirigió las labores de identificación de los 62 militares muertos en el accidente del Yak-42, ha afirmado hoy que el general Vicente Navarro, principal acusado de las erróneas identificaciones, estaba consciente, "pero olía a alcohol".

Así se ha pronunciado el forense turco al finalizar su declaración como testigo ante el juez Javier Gómez Bermúdez, de la Audiencia Nacional, donde ha comparecido durante más de tres horas.

Preguntado por el abogado de Navarro si notó una "actitud rara" de este general de Sanidad, Bulent Sam ha respondido que "estaba en condiciones, consciente, pero olía a alcohol. Y eso lo vio todo el equipo".

Previamente, el forense turco ha afirmado que los militares españoles, con el general Vicente Navarro al mando, insistieron en repatriar a España los 30 cadáveres sin identificar, porque, según dijeron, tenían que llegar al funeral que se iba a celebrar en España.

Sam ha asegurado que los jefes militares españoles les prometieron que terminarían los trabajos de identificación en España y firmaron el documento final.

Las autoridades españolas no quisieron tomar muestras de ADN porque tenían prisa por llegar al funeral, según ha insistido el forense turco.
 

El segundo forense turco, Ömer Müslümanoglu, ratificó ante el tribunal que Navarro les trasladó que "tenían prisa" por repatriar los cuerpos a España porque "el jueves siguiente (a la catástrofe) tenían la celebración del funeral".

El testigo, uno de los miembros del Instituto Médico de Trabzon (Turquía) que participó en las autopsias que se realizaron a los 62 militares españoles fallecidos en el accidente, ratificó el testimonio aportado por su compañero Bülent Sam, y dijo que el militar español les garantizo que las pruebas de ADN a los 30 cuerpos que no habían sido identificados "podían hacerse cuando volviesen a su país".

Müslümanoglu, segundo testigo en comparecer en la séptima sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional, aseguró que todo el procedimiento de identificación fue "pactado con el equipo español", que dirigía el general de Sanidad Vicente Navarro e integraban los otros dos acusados, el comandante José Ramírez y el capitán Miguel Sáez.

Así, explicó que 32 cuerpos fueron reconocidos a partir de los objetos personales que portaban y que a los 30 restantes se les tomaron muestras para realizar exámenes de ADN. De igual modo, ratificó que el intérprete del Consulado tradujo al equipo español el acta de entrega de los cadáveres, en la que se advertía de que 30 cuerpos estaban sin identificar.

En otro punto de su declaración, señaló que los forenses turcos hablaron en todo momento "en inglés" con los militares españoles, con los que, al margen del trabajo que estaban realizando, hablaron de fútbol. Así, comentaron la trayectoria en España del futbolista turco Nihat Kahveci y Müslümanoglu se enteró de que "Navarro era del Real Madrid".

El abogado Leopoldo Torres, que representa a una parte de las familias de las víctimas, volvió a intentar preguntar si "alguna autoridad española" trató de que "los forenses turcos asumiesen la responsabilidad de las identificaciones", aunque el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, ordenó que la cuestión se centrara únicamente en "alguno de los acusados".

El testigo aseguró en este punto que "un tal Ugarte", en referencia al ex 'número 3' de Federico Trillo en el Ministerio de Defensa, Javier Jiménez-Ugarte, se reunió en marzo de 2004 con "el máximo responsable" del Instituto Toxicológico de Estambul, que realizó un año después del accidente las pruebas que demostraron que 30 de los cadáveres habían sido mal identificados.

La Fiscalía pide al tribunal que condene a cinco años de prisión a Navarro, que se encargó de elaborar la lista de los 62 fallecidos; y a cuatro años y medio a los dos médicos que redactaron los informes de necropsia, el comandante José Ramírez y el capitán Miguel Sáez. A todos ellos les acusa de un delito de falsedad en documento oficial.

 

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